Pues ahora sucede algo parecido, estoy sentado en el sofá, miro a la derecha… no estás, no está… vuelvo a mirar al ordeñador y parpadeo, un poco, no mucho, un par de veces, ¡qué raritos somos! ¿verdad?
Cuando éramos niños y íbamos llorando con la historia de: fulanito me ha dado en el ojo o menganito me ha quitado yoquese… siempre me decían ¡Pues habrá sido sin querer! o ¿estás seguro?
Y sin querer se llora a veces, y queriendo sonrío siempre (y a veces también sin querer, mejor me callo….seguro de nada)
Creo que sigo siendo raro incluso para mí mismo.
…Observa, copia y completa eso ponía en la pregunta tres del examen de supervivencia emocional.
Ahora no recuerdo que puse, la verdad es que tampoco recuerdo la pregunta.