Cuando pensabas y se te fruncía el ceño, quise entrar en tus pensamientos para dejar caer colores sobre tus nubes grises y llenarlas de color. Cuando íbamos al cine y querías acurrucarte a mi lado y agarrarme la mano.
Cuando necesitabas caricias quería esconderme en tu comida para poder besarte los labios y perderme dentro de ti. Cuando corras porque llegas tarde, desearé soplarte en el pelo y llenarte de brisa los ojos para que brillen igual q cuando sonríes.
Como cada noche, dejaré caer mi cabeza sobre la almohada para soñar contigo. Sin querer, aprendí cómo se hace y ahora sueño tanto contigo que no creo que nadie más pueda hacerlo. Porque mi corazón aprendió a latir cuando te conocí.
Aunque realmente nunca te hayas enterado.
Aunque ahora a ti y a mí nos dé lo mismo.

jopes xico... me estas viciando a tus historias....
ResponderEliminar