jueves, 30 de octubre de 2014

Sin caja de cambios

Jueves, 7,45h puto atasco, cada día lo mismo. Si todo fuera tan sencillo como cambiar la marcha del coche, poner la marcha atrás en este vehículo que es la vida  y desandar hasta el inicio del problema, justamente al mismo punto que me llevó al error de meterme en ese puto atasco del que ahora reniego, si fuera viable volver al principio del recorrido y tomar otro camino mejor, si todo fuera tan fácil como eso, meter la marcha atrás ante cualquier dificultad y cambiar de ruta, si todo fuera tan fácil, como digo, os aseguro que ningún psicólogo llegaría a fin de mes. Pero para bien o para mal las cosas no son así, la vida es un vehículo, hasta ahí todos de acuerdo, pero un vehículo sin caja de cambios que solamente nos deja acelerar, frenar, girar y poco más. No busquéis la marcha atrás y enfrentaros al puto atasco, a los socavones o a lo que sea. Ese es mi consejo. 
Porque de qué sirve quejarse, arrepentirse o fustigarse.
Flagelarse es de fanáticos, de enfermos, es cosa de otros. El dolor no vale. El dolor simplemente duele -otra cosa es que os guste el dolor. Ahí ya no entro. Allá cada uno-.
Así que si la cagáis y os metéis de lleno en un vía repleta de baches, echadle cojones u ovarios según toque: reconoce el error y aprende de ello. Nada más.

Pero si al día siguiente me vuelves a llamar para decirme que has vuelto a meterte en el mismo camino tortuoso y lleno de agujeros emocionales, entonces si tendré que llamarte gilipollas. Como yo.

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