viernes, 30 de julio de 2010

Pura metafora.

Conozco una metáfora muy exacta de lo que es nuestra vida: Llevar un taxi en busca de esos usuarios que alzan sus brazos, eso es lo que quiero decir. Conducir calle arriba o calle abajo o bien girar a la derecha o a la izquierda en el siguiente cruce siempre pensando que allí puede haber alguien esperando precisamente un taxi, a ti por ejemplo, o a cualquier otra/o para pedirte que lo lleves a un sitio que nunca te esperarías, en definitiva para usarte, o usarle. Esta puede ser la metáfora más exacta de lo que es nuestra vida.

También podemos cagarla. Cagarla una y cien mil veces precisamente por la falta de experiencia o como casi siempre por culpa de una mala corazonada. Girar en cualquier calle y meternos en un atasco, o encontrarte de golpe con otros tres o cuatro taxis libres justamente delante. Esta puede ser la metáfora más exacta de lo que es nuestra vida.

O encontrar por fin a ese deseado usuaria/o después de tantas y tantas vueltas a otras tantas rotondas con el asiento de atrás vacío, y que al llegar a su destino te amenace con una navaja y te saque la recaudación de todo el puto día, o que por el contrario te bese antes de decirte (unilateralmente) que quiere pasar el resto de su vida contigo, si o si. Esta es la metáfora más exacta.

O también como no, pinchar una rueda delantera. O que te avise el testigo del aceite del motor.

O también podemos pasar del estoy libre al estoy ocupado en un abrir y cerrar de puertas. O transportar en el maletero algo sin saberlo, o empañar adrede (con tu miso aliento) el retrovisor, o cuando no nos queda más remedio dar marcha atrás, o ponerle carburante cuando toque. Esta es la metáfora más exacta.

Creo que en la justa medida todos somos taxistas porque necesitamos vivir medio muertos de miedo.

jueves, 22 de julio de 2010

Donde tenemos el alma?

Al escribir los últimos post, recordé los días de verano del año pasado cuando bajaba a la citi en tren.

Uno de esos días alguien se dejó olvidado en un asiento del último tren el libro de Eduard Punset ‘El alma está en el cerebro’.

Fue la primera y única (de momento) vez que alguien se olvidaba un libro y era yo el que lo encontraba, lo cual, sumado a tan fascinante título, interpreté que a lo mejor bien podría tratarse de una de las muchas señales divinas: Alguien puso ese libro ahí (y no otro) por alguna razón: Ese alguien quiere que yo me vuelva racional, pensé.

No obstante, pasados los meses aun no he sido capaz de abrirlo, pero es que ni siquiera de echarle la característica ojeada rápida a la contraportada.

Es que me da miedo. Porque siempre había pensado que el alma es una masa gelatinosa, tirando a líquida y que se oculta en la sangre, que circula a sus anchas por todo el cuerpo para al final concentrarse allí donde lo necesitemos, bien fuera el corazón (arritmias), las manos (el sudor) y los genitales (…). Esta mi teoría, está inventada, claro está, pero a mí me funciona, o no.

Por eso aviso, no quiero que nadie, nadie me demuestre lo contrario, aunque puede que tengan algo de razón.

En lo que se refiere al alma como que prefiero que la imaginación asesine a la ciencia.

Creo que no es bueno saberlo todo, para nada.

miércoles, 21 de julio de 2010

Frases por las calles.

Un comentario sobre uno de estos post me ha hecho pensar….

Hoy me pasaré el día escribiendo frases en Post-it para luego pegarlas por la citi el próximo día que vaya:

“Seguramente tu vida vale mucho más que tú” (pegar en Avda.Francesc Cambó junto al Mercat de Santa Caterina)

“Aunque tú todavía no lo sepas, te quiero. Aunque yo todavía no lo sepa, me quiero” (pegar en la Calle Argentina)

“¿Qué seguridad tienes de que tus padres sean tus padres?” (pegar en la Plaza de Santa María en la Catedral del Mar)

“Ni se te ocurra tocar este Post-it” (pegar en el Paseo de Isabel II)

“Tus ojos no se parecen en nada a los de nadie” (pegar en el Paseo de Joan de Borbó)

“Este Post-it sirve para recordarte que sigues vivo” (pegar en la Barceloneta)

“¿Por qué vistes de esa manera?” (pegar en la Barceloneta)

Me estimula esta idea de poder ser leído en la calle, desde la farola, la pared, el buzón, el retrovisor de un coche, el suelo, siempre de forma anónima. Me ilusiona que a alguien le pueda dar por pensar en ese mensaje, sin querer y como de casualidad, mientras se anuda un cordón del zapato, en la parada del bus guiado por la curiosidad de que estará leyendo la chica del pelo rizado, o que se agache y recoja el post-it movido por esa misma curiosidad, la mujer que se queda atrás para leerlo y su pareja sigue sola sin darse cuenta de la leve traición. Me encanta que la gente sea curiosa.

Si todos fuéramos igual de curiosos, si a todos nos diera por escribir mensajes y pegarlos o lanzarlos al aire de nuestras ciudades, y claro está si nos diera por leer esos mensajes de los demás, el mundo sería un poco más acogedor; más vivo y por supuesto mucho más interesante. O al menos nos ayudaría a entendernos mejor y a eliminar las fronteras de nuestras mentes.

Estoy convencido de que “El mundo de Sofía” debería ser de lectura obligada en todos los colegios…

Os imagináis que Lorca o Saramago hubieran empleado este método y ahora pudiéramos leer de su puño y letra uno de sus post-it, enganchados en la calles, poemas o citas como:

“En la bandera de la libertad bordé el amor más grande de mi vida.” -Lorca

“Los escritores viven de la infelicidad del mundo. En un mundo feliz, no sería escritor.” -Saramago

Sería la hostia, no??

martes, 20 de julio de 2010

Maten a la marmota....

6:00h
Suena el maldito despertador, el mismo sonido de ayer, el mismo techo de la misma habitación y en la misma casa, el mismo pijama, mejor dicho la misma falta de él, y como no, el mismo pensamiento al despertar, vuelvo a estar despierto....

Excesivas cosas iguales en los últimos años, excesivas pocas cosas diferentes en estos últimos años.

Pero algo ha cambiado porque ya no sigo buscando que sería lo que haría que se acabara ese ciclo, recuerdo que estaba harto de mi mes de la marmota... ¡Qué digo, estaba harto de mis años de la marmota! Estaba cansado de vivir encerrado en aquella misma puta rutina. Los pequeños cambios sutiles no eran suficientes, necesitaba una mega-revolución...

Hasta que por fin me di cuenta; El problema era que mis cadenas no eran otras que mi propia manera de ser, mis propias responsabilidades, mi propia familia, mis propios valores…. yo mismo me aferraba a aquella rutina porque la única forma de comportarme como me convenía era olvidándome de mi mismo, de mi condición de lo que me define en buena parte como la persona que soy...

Y aquí me encuentro volviendo a poner el reloj para que mañana suene el mismo sonido de siempre, bajo el mismo techo de siempre, en la misma cama de siempre de la misma habitación y claro de la misma casa y evidentemente con el mismo pijama de siempre, mejor dicho, la misma ausencia de él, y al despertar me asalte el mismo pensamiento y vuelva a darme cuenta que sigo estando despierto....

Aunque yo quisiera, me gustaría... me es imposible olvidarme de mi, de poco me serviría romper la rutina para perderme en ese, su proceso.

lunes, 19 de julio de 2010

Vidas y venidas

Hace pocos días fui a la citi en tren, y durante el trayecto me vino a la memoria cuando años atrás, hacía ese mismo recorrido a diario.

Es curioso, como con el paso de los días y claro está, de la rutina diaria acababa cruzándome con las mismas caras y a las mismas horas. Era gente que no conocía de nada (y que no conocí) y con la que, como mucho, habría compartido un gracias o un ¿se quiere sentar? aún y así cada día compartía el mismo vagón durante 20-30 min, y como habitualmente no llevaba lectura, aprovechaba para fijarme en ellos e intentar “leerlos”, imaginaba a que se podrían dedicar o a donde se dirigían. Era como si cada día actuáramos para los que, igual que yo, no tenían otra cosa mejor que hacer que, abandonados en nuestros pensamientos, observar a los que nos rodeaban, verlos conversar, discutir o perderse a su vez en su consciencia inconsciente.

A unos los recuerdas con mucha más nitidez que a otros… otros, y a pesar de cruzártelos diariamente, no dejan ninguna huella ni en tu consciente ni en el sub.

Me vienen ahora mismo a la mente algunos de esos casos, había una chica y un chico que mañana tras mañana tenían la misma discusión. Se cruzaban en el andén, se paraban y se miraban con desprecio. Y en esencia siempre se decían lo mismo: "bla bla bla bla…..”

Luego estaba el chico que siempre entraba en el mismo vagón a la tarde. Delgado, de facciones muy marcadas y mirada triste. Siempre silencioso, nunca lo vi hablando por el movil, ni leyendo, simplemente perdido en sus pensamientos.

El chaval con síndrome de down, la chica y el señor mayor que son compañeros de trabajo y todas las mañanas iban a trabajar, el que se bajaba en mi parada todas las mañanas y luego me lo volvía a cruzar cuando regresaba ...fuera la hora que fuera, curioso.

En definitiva historias individuales que se cruzaban con la mía propia cada mañana y actuaban para mí compartiendo 15, 20 o 30 min de sus vidas...

Ahora lo que realmente me intriga es saber si yo habré dejado alguna huella en sus recuerdos y lo que es más interesante aún, imaginar cuál es la historia que sus imaginaciones habrán urdido para mí. ¿Qué creerían o creerán que hacía yo por las mañanas? ¿A dónde iba? ¿A que me dedicaba?....etc.

Yo medía mi tiempo con ellas, pienso ahora al leerme. Por las mañanas pensaba "hoy no me he cruzado con tal o cual, será que ya voy tarde ??" me encantaban esos ratitos de "vidas y venidas" desconocidas y conocidas…

Al final, y a pesar de no conocerlos de nada, si te cruzabas con ellos por la calle en cualquier otro lugar y momento tenía que reprimir ese impulso de saludarlos...

jueves, 15 de julio de 2010

Una caprichosa, por favor.

Pues no, va a ser que no ha habido ni sms ni mail...ni ná de ná.

y como que ya se le ha pasado el ¿capricho...? nu se.

digo yo, que será por......

en fin, cuando llegamos a un cierta edad (avanzadilla) te empiezas a dar cuenta de que las idas y venidas tienen un cierto sentido...

acabas sacando la conclusión de que todo pasa por algo... y acabas por conformarte con casi todo...o casi nada.

que no se manifiesta...?

bueno, supongo que esto me rebotará a otra dimensión, digamos a otro espacio tiempo en el cual puede que conozca a otra “persona” que seguramente tampoco llamará (o sí) y a la que no habría conocido si esta se hubiera manifestado...

este minúsculo acontecimiento hará que seguramente vaya (o no) de vacaciones en agosto... a conocer nuevas ciudades a las que tengo ganas de ir... tengo mi reloj interno algo alteradillo, algunas cosas las veo súper-súper-lejanas....y otras que resulta que sí pasaron hace mogollón de tiempo y me parecen que pasaron antes de hoy... je je

tal vez necesite encontrar alguna lógica entre tanta ida y venida... en todos los pasos que me han llevado a estar justo en ese momento, en ese punto, con esas o esa persona... podía no haber sucedido, lo más lógico es que no hubiera ocurrido.... y sin embargo se repitió (pero no ocurrió)...

ya te digo, al final, siempre acabas por no darle la debida importancia a nada ni a nadie...

acabas "asumiéndolo" todo como... bueno y qué más da... al final tenía que pasar o no... ya veremos...

y terminó por convertirme en un mero espectador...

y no digo yo que eso sea demasiado bueno...

pero es lo que hay...

ahora solo quiero dar tiempo al tiempo y poder elegir entre todas las cosas (pocas o muchas) que la vida tenga a bien ponerme delante de las narices...

creo que en mi caso, y con mi karma, casi no me merece la pena hacer ningún tipo de esfuerzo para que ocurran (o no) cosas...

y eso es lo que hay... ahora toca esperar y ver... y ya el universo se encargará (o no)...
Todo esto me hace sonreír... y hablar "solo" con el ordeñador ... con el universo... y me digo ... pues sip, me voy a quedar con las ganas... haré como que nunca la he conocido...y recordarla por lo que pudo haber sido...

(otra vez)

en fin... a ver si ahora me lo curro un poquito más y mejor... aunque esta vez confieso que lo tenía todo absolutamente todo milimétricamente planeado pero... imprevistos del destino y de última hora, ya se sabe, el puto universo que va a su puta bola...

en fin... y para no aburrir mas, ya será para la próxima...(entrada del blog)……pues siempre pasa lo que tiene que pasar... y bla..bla…bla..bla...

ahora, momento, "tranki tío que no pasa ná…. juer" OFF!

lunes, 12 de julio de 2010

Aulas vacías

Ahora que los niños ya no van al colegio y las tardes son interminables, me vienen los recuerdos del final de curso.

Los finales de curso siempre me dieron algo de pena. Sentía algo así como una pena intensa –que por suerte era pasajera - y que solía dejar un regusto áspero en la garganta. Percibes el verano y los distintos destinos que tomará cada uno de tus amigos: el pueblo de los abuelos, la playa abarrotada, la montaña enormemente lejana, el balcón con el ruido callejero y el ventilador gruñendo desde el comedor. Desiguales destinos para esos ojos diferentes.

Seguramente alguno se despide de ti con un invisible corte de manga; otros, lo hacen con un guiño; otros simplemente no lo hacen porque, tal vez, igual que a ti, les duela algo que tampoco saben dónde localizarlo. Aunque sea complejo demostrarlo con una fórmula verbal, la velocidad de las despedidas es contrariamente proporcional al afecto que uno siente..

Una vez recuerdo haberme quedado en el aula. Solo. Sentado en el sillón cual trono de cualquier reino que se ha quedado vacío. Es como si siempre hubiera estado a si, vacio. Había algo que me retenía y que me anulaba el simple gesto de levantarme. Quizás ya no quede nada, ni siquiera un poco de lo que allí se habló… aquellos temas, el famoso tema siete, el de los rastros que se dejan en la nieve.

Ahora recuerdo que nos encantó a todos los estudiantes, queríamos saber más, ansiosos y expectantes. Y nos quedamos con las ganas, sencillamente no había más que dar. Hay cosas que se han de descubrir.

Y ahora muchos de ellos estarán en casa. Vacíos. Sin saber el qué hacer. Como autómatas a los que han desprogramado y que, al sentirse libres, no encuentran ningún camino. Unos autómatas que pudiendo ignorar todas las reglas y que, no obstante, prefieren quedarse acurrucados y silenciosos.

lunes, 5 de julio de 2010

Sin derecho a devolución

Tenemos que admitir lo impresionante que es la vida, y lo extraordinario de nuestro cuerpo, un caparazón en forma bípeda, pero no estamos excluidos de los defectos de fabricación. Por suerte o desgracia llegamos a este mundo sin ningún tipo de garantía ni de opción a devolución.

Por suerte para mí, no tengo ningún defecto de fabricación digamos que imperdonable, creo. O por lo menos esos defectillos de fábrica no me inhabilitan para ser considerado un persona, me asquea la llamada violencia de género, me cabrea sobre manera toda la violencia en general, la pederastia me pone enfermo y así una interminable lista de cosas que este servidor es incapaz de aguantar.

Creo que mis defectillos son más de los de estar por casa, normales, menos graves. Confieso que tengo uno que verdaderamente me tiene intrigado... mi discapacidad para enfadarme. Hay algunas situaciones que cuando las explico a mis amigos o conocidos me dicen. "¿Pero es que eso no te cabrea?, si solo al contármelo me enciendo." y la verdad pues no, a pesar de que se que si debería.

Hay cosas que me las tomo con filosofía, si tengo un percance intento comprender las explicaciones. Bueno vale, sí hay alguna cosa que otra que si me cabrea, pero el 85% no, sencillamente admito que son cosas que pueden pasar dentro de lo razonable y ya está. Y la verdad no me acabo de entender, me sorprendo al verme incapaz de saltar como a lo mejor sería razonable, o no, tanto me da.
Al fin y al cabo soy normal.

Perdonarme por estos días que llevo dándole vueltas al tema y no acabo de sacar nada en claro.

Simplemente somos seres sin derecho a devolución.