miércoles, 30 de junio de 2010

Tú...Yo...

:...Y yo te conozco lo suficiente para entenderte, cuando entre tus ideas desordenadas intentas buscar una explicación para lo que sientes. Te miro a los ojos, te veo y comprendo lo que te sucede, te lo he traducido, te lo he ordenado y finalmente te lo expongo para que tú seas capaz de comprenderte.

Yo:... Y yo me continúo preguntado qué coño pienso. Soy el único que puede escucharme, pero también soy incapaz de entenderme a mí mismo.

Otra vez vuelvo a sentirme solo, siempre cojeo del mismo pie, de siempre, he vuelto a tropezar con el mismo puto escalón, otra vez, y estoy en el mismo lugar del que yo creí escapar.
Prometí y me prometí no volver a hacerme daño, prometí y me prometí que no llegaría tan lejos, prometí y me prometí que no me volvería a dejar llevar...

He (re)descubierto que hace mucho tiempo que no cumplo nunca mis promesas.

Y aquí estoy, atrapado temporalmente en una (mi) rutina que no me llena, intentando poner algunas de las pieza de este puzzle que no encajan o no sé donde van. Y siempre, siempre, preguntándome en qué momento dejé de ser yo y deje de ser el dueño de mis actos.

martes, 29 de junio de 2010

Somos como las plantas.

Ahora tengo la certeza que las personas somos como las plantas.

Nos alimentamos de la Tierra justamente por los pies, recogemos la energía por los dedos.

Es por eso que en cuanto puedo, me descalzo. Por casa, por el campo o por la playa. Pues todo y eso, a mí me sigue dando un miedo terrible a dejar raíces.

Aunque normalmente meta mis pies bajo la misma tierra, me gusta de vez en cuando tocar diferentes tierras para nutrirme de su energía.

Para poder llevar a cavo eso, se necesita viajar. Es necesario ir a otras tierras, para meter los pies en ellas, poder sentir su humedad, su calor, sentir cómo la tierra se mete entre mis dedos, agitarlos, notar cómo se acopla a mi piel.

Notar la sensación de cómo su energía me envuelve, en sus tonos marrones, entra por las uñas de mi(s) dedo(s)…… de los pies.

Pero siento que ya es tarde para mí..., tengo raíces, pero eso no me impide pisar otras tierras, al contrario, es todo un placer..., pero después indefectiblemente siempre me vuelvo.

lunes, 28 de junio de 2010

Tiempos de espera

El quid de la cuestión me la proporcionó un comentario que escuche mientras veía una película que ahora no importa su título:

- La calidad y la importancia de las personas se puede medir en sus tiempos de espera.

- ¿En sus tiempos de espera? – me pregunté extrañado.

El protagonista, levanto la cabeza y me contesto…:

- Si, en ese tiempo que uno es capaz de esperar a la persona que sea, cuando has quedado con ella. Si tienes una cita con esa persona y te das cuenta que llega tarde, así de importante será para ti esa persona, en función de cuánto tiempo seas capaz de esperarla.

- Creo que lo comprendo. – contesté.

- Si tienes un amigo que es reciente seguramente le esperarás unos cuantos minutos antes de cansarte y largarte. Pero fíjate bien, si resulta que quien llega tarde y estás convencido que ese, es el amor de tu vida… te puedo asegurar que serás capaz de esperar cien, mil, millones de horas.

Al terminar, lo único que se me quedó fueron esas últimas palabras de aquel actor: “Pero fíjate, si resulta que quien llega tarde es…….”. Posiblemente haya sido la impaciencia la posible culpable de no haber (re)encontrado al amor de mi vida, maduré.

Aparqué el coche y me senté en un banco de un parque a esperar supongo que apareciera el amor de mi vida. Entonces pensé… cuántos minutos son cien, mil, millones….de horas?.

Paseaba gente, mujeres, unas guapas, otras atractivas, alguna que otra wenorra…y mujeres normales, madres, hermanas, hijas…mujeres, pero ninguna se sentó a mi lado. Incluso también pasaba y paseaba el tiempo.

Setenta y seis minutos más tarde tomó asiento, justo a mi lado, una mujer de unos 76 años y algunos meses.

- ¿Espera usted a alguien? - preguntó mirándome con paciencia.

- Sí., supongo… que a usted – y le compré una rosa a un hindú, para la anciana y me marché.

En mi coche, antes de arrancar, empecé a llorar.

- Me-cago-en-todos-los-amores-anacrónicos – maldije entre lágrimas.

miércoles, 16 de junio de 2010

Ser prisionero y carcelero

De tanto en tanto me gustaría estar prisionero... masoquista??? Es posible, pero también tengo que reconocer que no estoy pensando en rejas metálicas ni en muros de hormigón. A esas celdas puede optar cualquier persona, eso, si no te importa compartir habitación, las duchas y claro, cometer alguna que otra fechoría.

No, yo estoy pensando en otro estilo de rejas... me encantaría quedarme prisionero en esa cárcel que forman estas palabras, cuando a alguien, un día cualquiera le diera por intentar plasmarme en papel y con ello encarcelar esa (mi) esencia entre las tapas de un libro.
La vida eterna dicen por ahí que es una mentira, que no se puede vivir para siempre de los siempres... pero bueno, la vida de un libro puede que tampoco sea eterna, pero seguro que es lo suficientemente extensa como para no importarme.

Me gustaría ser ese protagonista de una historia, cualquier historia y no necesariamente la mía, y poder ser leído en la intimidad y el calor de una habitación a un a pesar y el pasar de los años...

Pero por ahora, y mientras esté en esta, mi libertad, me contento con ir haciendo prisioneros a todos los protagonistas de mi vida en las celdas de mis pobres letras, en esta (mi) prisión intima y personal.

martes, 15 de junio de 2010

Perdon por ser tan normal

Pido disculpas por mi “normalidad”.

Perdonadme por que no destaque en nada y por ello no tenga ningún premio de nada.
Que sea mediocre escribiendo y que a día de hoy no haya escrito un best-seller o por lo menos un cuento de María Sarmiento.

Lo siento soy “normal”, mí coeficiente no está por encima de la media, ni me rodeo de un círculo de gente selecta, mis amigos, no son medidos ni por su belleza física, ni por su poder –el que sea- ni siquiera por su inteligencia.

Disculpad que tenga un trabajo normalito y un piso que nunca será mío con su súper-hipoteca.
Perdonarme que mis historietas o cuentos (anécdotas) no sean espectaculares y puede que incluso sean superficiales y vanales.

Lamento no participar en esas discusiones tan pedantes donde todos saben un montón, yo soy de a pie, amos, de estar por casa.
Disculpad si ahora mi vida ya no es una aventura ni cada mañana ni cada noche.

Pero sabéis qué? …… es lo que tengo….. no sé si me gusta, no creo en esta sociedad donde tienes que ser lo más (in) de lo más y a mí, total, me da igual.
Vivo, que no es poco y además, a mi (de alguna) manera.

Os quiero a los que estáis, estuvisteis (volvieron), estuvieron (no volvieron) y a los que estarán….

lunes, 14 de junio de 2010

He perdido la inspiración.

Me parece que he perdido la inspiración o la magia, o como queráis llamarlo, he perdido la varita mágica del hada madrina, el polvo de alas de mariposa, incluso la manzana envenenada de la madrastra de …… en fín, juer, he perdido hasta la pata de conejo y mí número mágico no aparece cuando más lo necesito.

He intentado pasar por debajo de todas las escaleras y además cruzarme con todos los gatos negros. No encuentro la caca de la suerte para pisarla y los espejos son sintéticos...

Juer, amos, que no me sale ná, que he perdido la inspiración para escribir post. Seguramente mi musa se ha liao con mi ángel de la guarda –madredelamorhermoso- si al menos lo hiciera con Harry Potter.

No recuerdo cuándo se ha ido, pero si por qué, total que ya no me sale escribir. No se me enlazan unas palabras a las otras, ni pego adjetivos fuera de lugar con otras palabras que no son suyas.

La primera vez que me di cuenta que se había marchado fue el 9. Me era imposible escribir nada, y mira que tenía motivos, pero nada, que no había manera. Y no será porque no han pasado cosas en estos días. Algunas me ponen colorao, otras, pues eso, me hacen reír y las que menos se encargan de sacarme una sonrisa o un brillo en los ojos, pero ya te digo, nada, que ya no sé escribir posts.

lunes, 7 de junio de 2010

Contenedor de basura

- Es que no llego... que no llego...juer

¿Por qué tienen que hacer tan hondos los contenedores de basura? Así es imposible, no hay quien llegue al fondo de las cosas. No alcanzo, es imposible.

Al final he sacado lo que he podido (pocas cosas) y que creo que se pueden aprovechar o usar. La zona es de las buenas, San Ilusionado en pleno barrio de la Felicidad.

"El contenedor es tan atractivo por fuera que resulta casi imposible pensar que no hay nada que valga la pena dentro" oigo que dice uno de los que está esperando su turno a su alrededor.

Al rato veo que se desespera y le cambia la cara por el esfuerzo que hace al intentar llegar lo más lejos posible, donde se supone (yo suponía) estaban los tesoros esperados y deseados.

Al final al igual que yo, se rinde. También sabe que hay más, pero tampoco llega.

Decide dejarlo, no vale la pena el esfuerzo.

Se acerca el siguiente. Un llamativo hombre de más de 50 años desenvuelto y hablador, un vendedor de humo. Saca de una bolsa una pinza larga de las de barbacoa... con eso seguro que alcanzará un poco más allá.

El anterior hombre le mira con envidia.

- Aprende, le dice el vendedor, es que yo siempre he vivido y vivo de la basura (humana).

jueves, 3 de junio de 2010

La visita inesperada

Aún no serían las once de la noche cuando llamaron.
Me cogió desprevenido, porque últimamente no viene mucho por casa.

Como mucho, recuerdo tres o cuatro saludos fugaces al pasar ante mí de camino a otros sitios
-qué diferencia de aquellas larguísimas temporadas que, siendo niño yo, estaba siempre entre los míos -.
La hallé como siempre, vivaz, chistosa, dicharachera, aunque ya un poco deslucida por los años
-los míos, por supuesto; todos sabemos que a eso uno se acomoda, pero yo no-.

Me dijo que hoy venía sin prisas, a quedarse conmigo.

Rápidamente casi sin darme cuenta llenó la casa de risas y de futuros, conquistó paredes,se reinstaló en los cajones, inundó todos los ángulos con una luz que ya no recordaba, y mis armarios dejaron de parecer féretros.

Os puedo asegurar que yo estaba muy sorprendido, alegre –os lo juro, estaba alegre-.
No sabía qué ofrecerle, quería que se sintiera a gusto y no se marchara nunca más.

Probé a ser amable y me puse a contarle los últimos retales de mi vida: las noches pasadas en compañía del dolor, las distancias, aquella incertidumbre hecha certeza, el miedo, la niebla… en definitiva, la historia del naufragio que me trajo hasta aquí.

Creo que no le debió de gustar todo aquello. Vi cómo empezaba a encoger, como se iba volviendo cada vez más pequeña, como empezaba a mirar hacia la calle, estaba confusa, luego masculló no sé qué de una gestión muy urgente y se marchó.

Se me antojo que estaba un poco triste,
no creo que regrese,
en algún tiempo.
Hasta la próxima, Alegria.

miércoles, 2 de junio de 2010

Tendrán emule en el cielo ?

Ayer sin querer pisé una cucaracha. Ya te digo la pisé sin querer, estaba totalmente distraído.
Que sonido tan inconfundible el que emite al ser oprimido letalmente por la suela de un zapato.

En la tv le preguntan a Nacho Vidal - ¿Cual es la diferencia entre una puta y una actriz porno? - (Pero qué coño hago pensando en la cucaracha que pisé ayer?)

Ella no dejaba de hablaaar y no me podía concentrar, joder. Cara de ángel… cuerpo de ángel… (yo no quiero ángeles en mi cama) recuerdo que pensé”.

Creo que Nacho leyó mis pensamientos. “Los ángeles ven porno” dijo mirándome y riendo. Entonces apagué el televisor.

Y follarán como en las pelis pornos? – me pregunté.

Y si es así, si ven porno???… de donde leches se lo deben descargar???…

Tendrán emule (la mula) en el cielo???… o como se llame allí…

Entonces, si lo ven, se masturbaran???... con los dedos o usaran el arpa??... claro de ahí el sonido a coros celestiales??... juer, pero por donde si se supone que son axesuados???… ahora que pienso, una barbie tampoco tiene coño, entonces digo yo, será la barbie un ángel de los que ve porno???.. ostias y el kent, que puñetas es un kent???…

Hay personas que no merecen ni siquiera una segunda oportunidad. Es más la mayoría no merecen ni siquiera la primera.

Juer, ayer no fue un buen día… pisé una cucaracha.