viernes, 30 de junio de 2017

Que parte no se entiende...



el caso es que... ayer camino a casa decidí que voy a (intentar) volver a explicar porque he vuelto a esto, al blog, a "mi público"

ah bueno, ahora lo recuerdo, creo que dejé de hacerlo porque los lectores (mi público) esperaban encontrarse con AntoAng  (llegué a odiarlo), yo no soy AntoAng (es necesario aclararlo????), yo solo escribo y describo a AntoAng (cada vez menos, eso pensaba ayer... hace tiempo que AntoAng está bastante diluído... lo saqué de paseo el día del post de "echando la llave" y .... los mails, los whatsapp y las anónimas volvieron). AntoAng es así... tiene éxito el tío... está loco y tiene una forma "peculiar" y distorsionada de ver la vida pero tiene éxito, el tío.

lo aclaro... por si acaso.... AntoAng no existe... existen las situaciones, existen los hechos objetivos pero... su visión de la vida.... pues... a ver... que esto es un blog coño...

no podría contar el número de personas que trajo y se llevó el blog... son incontables.... quizá entre... varias (depende de lo que entendamos que es traer....), uhmmm lo estoy pensando y sí, vamos... son más de... qué más da (solo cuento a las que duraron más de una pataleta o dos....claro...)

ayer lo vi.... yo ya no estoy para contarme, para explicarme, para justificarme, para contestar a interrogatorios eternos, para cubrir test de idoneidad....ni para quedar "a puerta fría" con nadie...

no, ya no estoy para eso....

tampoco estoy para eternizarme... conociendo y dejándome conocer para simplemente ser utilizado....

no, ya no... yo eso ya lo tengo aquí contado y explicado....
AntoAng ni siquiera es una parte de ... nada... solo existe aquí en el blog, solo lo invento en el blog y por escrito, aquí solo... después explicando "las situaciones" todo pierde un poco de encanto...
sin querer compararme (evidentemente), es como si Arthur Conan Doyle tuviera que ser Sherlock Holmes  o Dolores Redondo tuviera que ser Amaia Salazar... pues no, hija no, que todo tiene uno que aclararlo...





lunes, 26 de junio de 2017

La noche soñada


Me despierto, he soñado, saltado hogueras, tal vez brindé, celebré. Pedí deseos. Me quemaron mis demonios. Hice hechizos y esas otras variantes dignas de chiste o de mago barato. Lo que sea. Creí en la magia. Creí que pedí, ¿Era para hoy? O ¿Era para más adelante?

Los deseos siempre es bueno pedirlos con mucho tiempo de antelación, no vaya a ser que se frustre... esa posibilidad es mala copiloto en la vida. Pura peripecia.

Quiero, quiero, quiero. Deseo, deseo, deseo.

Ya sea por San Juan o sea por San Blas, en Santa Ana o por San Antonio, soñar es algo que hacemos desde niños. Sanísimo. Posología diaria. La fantasía nos viene en el pack de serie, con el airbag y el navegador; una práctica infantil que traspasa generaciones, como Drácula vagando por los siglos en busca de su amor. Eso, soñar, y pedir deseos. Desde la pelota de futbol al apartamento en la playa, desde el pelo más rubio a un sueldo más alto, desde el verano más largo o.… lo que sea. Pedir, pedimos. Soñar, soñamos.

Y así, soñamos. Fantaseamos. Celebramos la magia. El fuego que purifica.

Y pedimos deseos.


La noche soñada es la víspera de San Juan. En el sueño que aludía al inicio había rescoldos de la hoguera anterior. Trocitos de mails, de wasaps infantiles impresos en papel que no llegaron a quemarse con lo demás porque el viento los paralizó. O el salto de alguien. O la voluntad de las brujas. Vete tú a saber. Lo mismo, pienso, el deseo escrito es tan brutal que las brujas, magas y lechuzas que sobrevolaban invisibles se negaron a cumplirlo. Nadie nos avisó de las contraindicaciones del verbo soñar. Solo aprendimos a conjugarlo.

Hacienda somos todos, sí…… fantasía, no.

La vida es el sueño por cumplir. El entretiempo. La vida sucede (a veces). La vida nos invita a un café. La vida (sobre) pasa. La vida jode, te pasea, te golpea, te fascina, brinda o rompe las copas.


La vida es ese huequecito raro que queda entre lo que perseguías y lo que al final no fue. Una grieta de luz. Por eso soñamos, por eso pedimos deseos. La ficción nos salva, lo dije en un post anterior.

Así empiezan los cuentos, ¿no? ….Érase una vez…

pero…..Comieron perdices? Y… después? Qué coño pasa después? Tendré que escribir algún cuento que me explique si el final es solo siempre el inicio. Porque la vida y ahora me pongo profundo….. no empieza cuando naces, sino cuando sientes que estás vivo. Cuando sucede algo que te dice ¡¡¡ahora!!!

Saltaré las hogueras necesarias. Este año no ha podido ser.




jueves, 22 de junio de 2017

Ceteris Paribus


Voy a tener que centrarme en crear y proyectar historias para no dormir, que ni van ni vienen para reconquistar el favor de este mi público....

ufff...

no sé si me saldrá....

ahora lo tengo todo tan ubicado.... que hasta cuando pienso en "cambiar algo" me digo, mira... llevas tropecientos años pulsando el botón rojo de "hacer saltar todo por los aires" cada dos o tres años con o sin motivo, con o sin razón, solo por "ver qué pasa", qué tal si por una (maldita) vez en tu vida... no cambias nada mientras no cambie nada (ahí fuera), y si te esperas a que la vida tire de ti y dejas todo lo demás constante (amos, ceteris paribus)....

nada de cambios de curro, de casa, de lo que sea....

estabilidad en vena....

hasta que algo cambie por si solo....

la estabilidad también tiene su valor, la verdad... aunque sea solo por acumulación o inercia....

la antigüedad en la plaza sigue siendo un valor en determinados ambitos de la vida....

sigamos la corriente, sin más....

esta mañana pensaba (en la ducha) que estoy siguiendo paso a paso lo que contaban los tres o cuatro libros de autoayuda que leí al principio de los tiempos oscuros. No leí más porque (como siempre) me pensé que yo era diferente (aunque resultó que soy tan igual como todos).

todos (libros e historias) tenían una estructura similar....

empezaban contando como superar la primera gran ostia que lo cambió todo....

contando la evolución, el proceso, las diferentes estrategias que funcionaron ( o no)...

etc etc etc

pensé que no me representaban....que cosas

yo siempre gané desde el minuto uno y eso es lo peor que te puede pasar, porque ya después tienes para siempre ese sesgo y te parece imposible que tú puedas perder, esa es la antesala de la gran ostia

ahora una vez más pienso que estaba tan equivocado como todas las veces que estaba tan absolutamente seguro.... sí, me representa(ba)n pero yo todavía no lo sabía... (angelito!)

sí, ya he sufrido y superado (otra vez) la gran ostia.... la sufrí y superé casi a la misma velocidad, lo cual no sé si es del todo bueno porque... igual me he quedado con ese sesgo, bueno... de la ruina (exagerando) también se sale "automáticamente"

todavía no ha llegado la gran ocasión.... aunque sí he tenido una buena que simplemente sucedió, en pasado, estaba aburrido, tenía unas expectativas... decidí probar suerte…..
y bingo...  justo ahí se sucedió... y hasta hace poco (que está de capa caída),....

sigo buscando y encontrando (estrategias) que funcionan un rato y después dejan de hacerlo y viceversa...

la idea es automatizarlo.... y dedicarle cada vez menos tiempo....

en realidad esa siempre fue la idea,....

quizá en un par de años, ceteris paribus.

supongo que lo haré cuando tenga algo mejor a lo que dedicar mi tiempo (ahí encaja lo de "no cambiar nada, salvo que las circunstancias cambien por sí mismas y me obliguen a actuar )....

mientras tanto... sigamos tranquilamente disfrutando del paseo.... Sin más...

uhmmm.... recordé que no hace tanto me pasé algún que otro verano sin vacaciones y casi sin verano.... no está mal recordarlo.... ahora ya está contratado... sí... en 50 días os escribiré desde la gran manzana, cualquier día despertaré en NY....
bendita normalidad anodina!


jueves, 8 de junio de 2017

Tu fondo blanco


Observa por un momento el blanco que hay detrás de estas palabras. Intenta abstraerte de lo que estás leyendo y fíjate sólo en el blanco del fondo. Lee como si no existiera, o como si cada una de estas palabras sólo fueran borrones incómodos que te impiden centrar la vista en el fondo blanco que hay detrás.

Tal vez hayas pensando que estorbo, que de aquí en adelante debería dejar esta hoja en blanco para que te fijes bien en el blanco del fondo tal y como te he pedido.

Ahora soy yo el que me siento incómodo. Creo que sobro, fijaos, no puedo dejar de escribir y sin embargo os he pedido que no hagáis caso a estas palabras. Entonces,  ¿por qué quiero centrar vuestra atención en el fondo blanco?

Muy sencillo.

El blanco es el súmmum de la perfección absoluta. No hay nada comparable a un fondo blanco, y tal vez por eso me sienta a veces un puto impostor tratando de llamar la atención con mis palabras cuando en realidad desearía que tú, por ti mismo, lograras ver cosas a través de una hoja en blanco, o de una tapia en blanco, o de una pantalla en blanco.

A veces pienso que escribir es un acto de cinismo total. Profanamos la pureza, dotamos de ruido la perfección del silencio, sólo porque nos creemos mejores que una página en blanco, o capaces de superar el criterio de cualquier espectador de una página en blanco.

Por eso le tengo tanto respeto a la palabra escrita. Escribir es suicidarse y simular estar vivo al mismo tiempo. Creerte estar por encima del lector aunque en verdad el lector te gane en ganas de aprender de ti.

Así me siento a veces.

Como el violador de la página en blanco. Y ahora olvídate de lo que has leído y fíjate en el fondo blanco. Fíjate en el blanco que se cuela en torno a cada letra.

Qué perfección, ¿no crees?

Qué sucio me siento ahora.

martes, 6 de junio de 2017

Vidas que chirrian


Hay mucha gente que se tira más de media vida entrenando duramente con el único propósito de subir una gran montaña. Pero no suben para quedarse ahí arriba, no. Se juegan la vida en el ascenso, consiguen coronar en el límite de sus fuerzas, plantan su cámara, ponen los brazos en jarra, se hacen la foto de rigor en lo más alto, y luego… bajan.
Repito, suben y luego… bajan. A uno de nuestros héroes se le murieron dos sherpas, y a un compañero le tuvieron que cortar dedos de los pies por el frío, y por el camino nuestro héroe padeció un divorcio y la perdida de la custodia de sus hijos.

Pero oye, coronó un ocho mil.

Ejemplos hay miles. En mi mundo, como en otros muchos, también ocurre. Vivo rodeado de gente orgullosa de sus carreras profesionales a cual más absorbente y de currar de sol a sol.

Se te acercan y te dicen: Ayer, después de catorce horas currando, llevé a un cliente a cenar a 80 kms.
Pero por muy lejos que vayan, siempre acaban volviendo a casa. A una casa cada vez más inhóspita y con menos oxígeno que en la cumbre del pico más alto.

Yo me habría quedado en el restaurante a 80 kms.

O descansando en cualquier lugar que me permita recuperarme para lanzarme a la siguiente aventura.

O en la cima del Nanga Parbat.