lunes, 27 de diciembre de 2010

Enséñamelo corazón

Por primera vez en mucho tiempo me he quedado seco de ideas, sin nada que escribir en el blog. Puede que haya sido provocado por usuarios poco o nada receptivos (o incluso puede que fuera yo) y el desquicie de estar sin ordenador y no saber cómo solucionarlo ni descifrar el mensaje.

Para escribir se necesita como mínimo un papel y un lápiz, o un ordenador y su teclado, o una pared y una tiza, o una pistola de tatoo y una espalda desnuda (distinta a la de uno, se entiende). Pero aparte del soporte tienes que necesitar motivos. Y muchas, muchas ganas.

Si me preguntan por qué escribo, y yo me lo preguntara, entonces jamás escribiría una mierda. La escritura no persigue ningún fin. En sí misma ya es un fin. Hay quien gracias a la escritura ha ganado dinero, viajado a lugares remotos y conseguido follar con chicas que no se habrían fijado en ellos sin la excusa de sus escritos. Si yo hubiera ganado unos euros con esto, si hubiera viajado a esos lugares o si hubiera follado con señoritas buenorras (sin pagar, claro, se entiende, eehh), escribiría igual que ellos. Seguramente con más ira y mejor forma. Pero como no ha ocurrido todo lo anterior nunca lo sabremos.

Luego tenemos la trama. El argumento. El motivo. La idea. Para poder escribir primero hay que vivir. Salir siempre de casa con los ojos y los oídos muy abiertos. Buscar un pretexto que te haga inmune, que justifique tu dolencia. La mía, mi excusa mejor la obviamos….digamos que es el blog. A través de él estudio a otras personas (o comediantes) sin que se molesten. Hablo de ellos, los observo a través de sus letras y saco mis conclusiones mientras me muevo por las hojas de sus blogs. Estos también son fuentes inagotables.

Y por supuesto conviene leer mucho y saber que se lee y que todavía queda mucho que leer. Lo mismo que escuchar y apreciar las canciones (ese sonido que ocultan las palabras es primordial). Y vivir con toda la energía que merece nuestra vida, no la de los demás. Y creer, como un dogma de fe que toda película será la penúltima (y el amor, el mejor será el siguiente). Y vacilar. Y echarle óvulos, huevos o cojones, lo mismo da. Y cagarte en algo, en lo que sea (aunque sea SanBlas). Y haber ganado y perdido lo que más te importara y unas cuantas veces.

Rebuscar las musas por todas partes y una vez halladas (o secuestradas), acariciar su clítoris. Y si no se dejan, forzarlas: la creatividad está por encima de la vulgaridad.
Y sentirte libre mientras escribes. Sin obstáculos ni impedimentos. Sin aplazamientos ni caducidades. Sin miedos. O moldear mis miedos sin que nadie los advierta (usando metáforas, cambiando ambientes lugares y nombres).

La mejor terapia, enseñarle el dedo, corazón, a tu hoja en blanco.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Raya, coma y punto

Iba a escribir sobre lo acontecido en el post anterior, pero me da pereza

así soy yo

tengo que ducharme y demás acicalamientos e irme a currar

pero después de pelearme con los pelos (con los de mi cabeza, que milagrosamente no están tan desordenados como podría esperarse)

me ha dado por ponerme a cotillear en las entrañas del blog
últimamente miro qué páginas me lee la gente

tengo unas estadísticas bastante básicas (solo sé de dónde es la gente que me lee y que páginas miran), lo normal sería que leyeran las páginas más actuales pero a veces ves que alguien le ha dado por leer una página de principios de año o de mediados, qué cosas, a veces cuadra con las búsquedas de los buscadores como google
pero la mayoría de las veces no cuadra con nada
y yo, intento especular por qué alguien querría leer mi mes de Junio o mi febrero
y lo peor es que también yo me releo
claro con resultados dispares, algunas veces sonrío, otras aguanto la penita pena

he vuelto a planear mal este momento, ni leer, ni escribir post importantes, ni ordenar notas (¡qué difícil es lo de ordenar las notas, ufff!)

pero a la mínima me sorprendo escribiendo post en mi cabeza (no este, este se ha debido escapar de entre los dedos)

tengo suerte o no, de poseer un registro como si de un log se tratase de todas las veces que me ardió el corazón.

y es en ese momento cuando me siento como un pececito

y escribo en mi cabeza letras y letras que hacen que mi angustia se disipe

pienso en que pasaría si llamara, no sé, por ejemplo la de la coca-cola y le dijera que estoy un poco perdido, que tengo pánico de no saber hacer casi nada bien, que estoy cansado

pero se me pasa

y comienzo a dibujar, letras

r
una p
muchas es
y alguna m
la b de beso
luego la s
y también alguna x
la i tan vacía
una j, avispada
y muchas aaaes

intento recordar lo que hago mal y convertirlo en por lo menos regular, después lo chafo muy despacito hasta convertirlo en una raya y esa raya en coma y la coma en punto..

Y lo que yo creo que hago medio bien lo alargo, sonreír por lo menos por la mañana
decir por favor y todo eso….

la gente no sonríe y no dicen, bueno, al menos no por favor

y hacen mal

viernes, 10 de diciembre de 2010

Cosas que tengoooo....

Miedo, y ganas, y poco y mucho tiempo, y libros, y una libretita genial, y un puzle sentimental, y un ordenador, y sueños raros, y rabia, y alegría, y celos, y familia, y amigos, y enemigos, y hambre, y sed, y un colchón tirado en el suelo, y unas gotas de agüita milagrosa, y canciones en mi mente, y una letra fea y pequeña, y unos cuantos informes por rellenar, y una lista de trescientas cosas, y pocas tácticas para salirme por la tangente, y unos maravillosos amigos, y un mando de garaje, y un acento charnego cuando hablo catalán, y un acento catalán cuando hablo castellano, y calma, y una coca-cola, y besos, y sobrinos, y hermanas, y un hermano, a papà y a mamà, y puntos suspensivos, y puertas cerradas, y algún frente abierto, y ropa en la lavadora, y curiosidades, y caricias, y pulseras, y recuerdos, y amigas repartidas por el mundo, y alguna que otra ilusión y desilusión, y esperanza, y nervios, y voz, y bolis, y un blog por escribir, y un post o dos, y el facebook, y a la de la coca-cola que aunque desaparecida también está, y una de SanBlas, y energía, y unos zapatos y unas chanclas en una cajita monísima, y silencios, y unos ojos, sus ojos, que ojos, y rarezas, y primos, y primas, y un nombre de niño, y un ángel de la guarda, y risas, y demasiadas cosas que hacer, y un corazón que se acelera, y frena, y razones, y pasiones, y un hemisferio izquierdo que domina sobre uno derecho, y una camiseta de toda la vida, y un nórdico casi perfecto, y ojos de niños colgados en las paredes, y alergia al polvo, y un vocabulario más bien pobre, y pocas excusas, y una maleta por deshacer, y argumentos, y empeños, y enfados, y ritmo, y contradicciones, muchas contradicciones y una historia, y juventud (ya poca), y muchos empastes, y fundas y una botella con mensaje, y secretos, y lágrimas, y pueblos, y una voz apagada, y una vela roja, y sonrisas, y una pizza hawaiana en el horno, y un martes que ha parecido un sábado, y un sofá que abduce.

Y mi estrella.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Fotos, recuerdos y de el diario de Anais VI

Mirando las fotos del viaje a Tunez, me ha venido un recuerdo de mi infancia y un día de Anais en su diario…..

De mi infancia,…… una de mis hermanas tuvo una caja que ponía “besos”, hoy me he acordado de ella, porque se me apetecía uno, un beso…

"Hoy por fin me he armado de valor, durante mucho, mucho rato me quede allí, plantada en la alfombrilla del pasillo, frente a la puerta de su habitación, con la nariz muy roja, la boca apretada y las botas llenas de barro.

Después de lo que para mí ha sido una eternidad he entrado, otra vez, en su habitación…, y ese olor, a desván de determinados secretos, y el armario, y sus cosas, y las fotos en el espejo de la cómoda, de todos los que no le dejaron huellas, igual que tú.

En el armario destaca una colección de cajas, lo único que está ordenado.
Bueno posiblemente también el cajón de sus calcetines, pero tampoco siempre.

Cada caja tiene un rotulo escrito con rotulador rojo:
Para saludar en el tren o bus.
Para verme en el espejo con legañas.
Cuando me hagan cosquillas.
Para ver el día cuando está recién empezado.
Cuando aguanto la carcajada.
Aiiinsss.
También con los ojos.
La más grande para los niños y sus cosas.
Bueno, enga, valens… ¡no estoy sonriendo! (bueno solo un poco).
Buff con coloretes.

Hay muchas más, pero ahora la que hace seis es la que hace que me cueste centrarme en otra cosa.

Miro asombrada cada una de las cajas. Las abro una a una ¡Pero si no hay nada, están vacías! Claro pero que tonta…las sonrisas no se guardan.

Al fin, entre las cajas de sonrisas y los frasquitos de lágrimas, encuentro lo que he venido a buscar, la carta que vi encima de la cama.

(....Ésta será la única vez.
Y será la excepción porque todos los sábados al alba te escribo cartas íntimas y secretas; pero todos los lunes, sin excepción al amanecer, me veo rompiéndolas en mil pedazos. Soy mala para las cartas, las postales y las palabras del alma. Pero soy muy buena dejándome llevar, si son tus mareas las que me mecen. Sabes, no soy lo que se dice una cobarde, al menos no todos los días. Pero me atropellaron una vez por dentro, y ahí ando recuperándome. Quiero que me cuentes tu historia, de dónde has salido, cómo llegaste a esta habitación…)

De repente, en el pasillo, escucho….. hueles a hierbabuena y no sabes mentir, invéntate cualquier historia Anais.

Era Clara."


miércoles, 24 de noviembre de 2010

Mi estrella

Esta mañana, medio dormido aún después de una noche loca de esas en las que no paras de soñar y al final no recuerdas casi nada pero te queda ese recuerdo de haber soñado con algo muy concreto, he mirado por el ventanal el cielo todavía oscuro, la he buscado y ahí estaba, y no era la luna, no, es mi estrella.

Tengo muchas cosas, y por tener tengo hasta una estrella y me la imagino de color naranja o roja, y cuando noto que empiezo a sentir nostalgia o tristeza y me siento un poco vacío, miro al cielo.

Me han regalado una estrella.

Fue uno de los mejores regalos que me han hecho en mi vida. Los que me han llegado a conocer bien saben de que hablo, me llegó al alma. Es un regalo precioso que solo alguien muy especial puede regalar.

Si tuviera un diario como el de Anais seguramente lo habría anotado, aunque quien lo hubiera leído le habría costado, por los borrones de tinta mezclada con unas cuantas lagrimas.

Seguramente Anais lo habría narrado así o algo parecido;

“….me ha regalado una estrella, no recuerdo a que constelación pertenece, pero con ella se ha despedido, ni me ha querido dar un beso, se ha montado en su vespa y se ha marchado…..como una estrella fugaz....”

Mañana me marcho lejos, pero esté donde esté mirare al cielo y la buscaré.

Hasta mi vuelta.

lunes, 22 de noviembre de 2010

De el diario de Anais V

"Duele ser pequeña y no es una metáfora es que me he caído de la vespa de Clara.

Y si me he caído es porque se la he vuelto a coger prestada y a montar.
El otro día no me caí nada, bueno un sustillo si me llevé.
Y hoy me he atrevido a salir sola y cuando ya volvía a casa, una farola, un señor mayor y una papelera me han hecho caer.

Lo que más me duele es la vergüenza, siempre duele más la vergüenza que otra cosa, tonta…
ahora estoy un poco coja, y tengo que bajar las escaleras de medio lado como mi abuela.

Todavía Clara no ha visto la rascada en la Vespa, espero que no se enfade mucho conmigo, y a mí se me ha debido desenganchar alguna tuerca por dentro, porque cada vez que me acuerdo… se me humedecen los ojos igual que cuando te quedas de pie a la orilla del mar… esperando a que las olas te hagan cosquillas en los dedos de los pies…

El sábado se marcho para siempre la mujer que me enseñó entre otras cosas a rezar. Era una de las pocas personas que más he querido y creo que más me ha querido. Hacía muchos, muchos años que no rezaba, por eso esta vez sí lo hice.

No me quiero hacer mayor así, de esta manera.
No me quiero olvidar de cómo es, de cómo se te enciende el corazón… y no quiero que tampoco se les olvide a ellos, no quiero que todos nos acostumbremos y que ya no esperemos nada.

A veces no sé de qué color soy…a veces Clara me escarba dentro, y siempre se queda en el azul o en el verde y nunca ha visto mis turquesas, mis purpuras, mis violetas, amarillos y por supuesto no tiene ni idea del rojo y mucho menos del rosa…

El gris me da miedo…"


viernes, 19 de noviembre de 2010

Impulsos....

La otra mañana, al pasar delante del hospital, he sido testigo de un acto de lo más romántico. Dos jóvenes, hombre y mujer, estaban de pie, como medio abrazados, o medio no. Él, algo más alto que ella, descansaba su barbilla en su pelo. Ella, su frente y la sien, contra su pecho. No estaban besándose, ni se estaban sobando, como por otro lado podría haber sido lo más normal. Y sin embargo todos los mirábamos.

Eran ellos, los diferentes. Ya sé que está mal decirlo, pero eran feos. De una fealdad fuera de lo común, una fealdad posiblemente debida a algún problema, físico o incluso psíquico. Ella, además, es bizca. Él, es ciego y no por casualidad. Es ciego, y por eso no sabe y no lo sabrá nunca cómo es ella por fuera. Pero conoce a la persona, de ella sabe que está allí cuando necesita ayuda para subir al bus, que es su mejor amiga, que es la chica que le hace caso y se sienta a su lado.

Ella, por su lado, sabe de él que es seguramente su única alternativa a la soledad. Alguien que la quiere por lo que es y no por cómo es físicamente. Y ella sabe, a diferencia de él, que todos los demás también lo saben, que están juntos porque, o es eso o nada. Él únicamente puede sospecharlo.

He pasado de largo sin detenerme, mientras allí seguía la gente señalando y riendo. Y me he preguntado hasta qué punto de crueldad llegamos los que nos creemos normales.

Por suerte Darwin se equivocaba, cada persona realizamos nuestra propia selección y ésta, por suerte, en todos los casos no se basa en los mismos parámetros. Las personas, al menos algunas, nos movemos por otros impulsos algo más profundos que una mirada bizca para relacionarnos y valorar a los demás.

martes, 16 de noviembre de 2010

Dímelo, anda...

Te dicen, te comentan hasta la saciedad que lo que únicamente vale son los hechos, que son las formas de actuar las que realmente constituyen la esencia de nuestros sentimientos, que ninguna idea o pensamiento será válido si no se lleva a cabo.

¿ por qué?

Pues porque éstas, las ideas, son imperceptibles, intangibles y que lo importante (se supone) es llevarlas a la práctica, para que no sean sólo simple humo, mera niebla que hoy está presente y mañana se esfuma sin dejar ni rastro.

Los hechos suelen modificar la realidad pero las palabras acaban explicándolos, justificándolos, ampliando o reduciendo, adornando o simplificándolos porque un beso inocente igual te puede elevar a las nubes que simplemente termina por callarte la boca.

Las palabras pueden ser, imágenes, sueños, mis sueños, tus sueños, los de un desconocido, por eso me gusta soñar. Las palabras te llevan a mundos lejanos en el espacio, en el tiempo.

Mis palabras, tus palabras, sus palabras producen risas, tristeza, alegría, y lágrimas. Nos hacen viajar, nos hacen dudar.

Pero a mí, o mejor dicho, a mi inseguridad y a mí, también necesitamos de la compañía de las palabras, no sólo es que me demuestren amor, sino que me digan que me quieren.

Dímelo, anda…..

jueves, 11 de noviembre de 2010

De el diario de Anais IV

"Estoy tumbada en mi cama y estoy escribiendo, desde “mi” cama, en “mi” nueva cama ¿se puede llamar “mi” cama, a esta que está en la casa que no es “mi” casa?

Sí, todo depende de la necesidad que se tenga y yo tengo mucha, por eso desde hace poquito esta es mi casa…

He pegado al espejo de la cómoda la foto, tiene una flechita marcada en rojo, y pone en pequeñito “soy yo, vigilandote”

Que ilusión, si, los primeros días siempre hacen ilusión, el primer día del cole, el primer beso (los besos nuevos siempre son el primero) el primer paseo en la vespa.

El primer día de las vacaciones.

uummm… que bien, suena bien.

Hoy ha vuelto a venir Clara con su vespa a buscarme y casi me he puesto a dar saltos de la ilusión, Clara sonreía muy de color clarito como su nombre, sonrisa de chica guapa, me ha dicho;

“Menos mal que no me estabas esperando.”

y ha sonreído, le ha sonreído a mi mochila gris.

Me he tenido que agarrar a su cintura… “no me había agarrado a su cintura nunca”… le he tenido que gritar a través del viento y la he visto sonreír.

Me gusta el viento dándome en la cara..

Me gusta que sea mi amiga,

Me gusta mucho espiar los ojos de otras personas desde el otro lado, desde mis ojos. Ahora me voy a duchar e iré a buscar a Marta, espero que sepa algo más que yo sobre conducir la vespa. Porque si no vamos apañas…

En esta casa huele a lágrimas y caramelos de color lila.

Me gusta"

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Artilugios musicales.

Leyendo el post de ayer, me ha venido a la memoria los artilugios con los que escuchaba música cuando tenía 15, 16, años…. Recuerdo la envidia que me daban mis amigos con hermanos mayores.

Una de las pocas ventajas de tener hermano/as mayores era lo cómodo que te resultaba encontrar aquellas cintas grabadas de música variada, que igual podían tener canciones de grupos cursis, como de canciones románticas de los wateques sesenteros. Así, que uno crece creándose un gusto? musical a base de retales, convirtiendo en “canciones de tu vida” las que en realidad eran las canciones de la vida de sus hermanos.

Recuerdo en particular una cinta negra que no recuerdo bien de donde la saqué, si recuerdo que cuando me confinaba en mi habitación enfadado por lo incomprensible y lo difícil que resultaba ser ese mundo en el que en ese momento me había tocado vivir, la escuchaba en un radiocasete que entonces era la lo mas, la leche amos y que ahora es megaenorme y horteraquetecagas. La primera canción era “…..”, la segunda “……” y mi preferida era la tercera.

Me cercioraba de que la puerta de la habitación estuviera bien cerrada, de que todos estaban atareados en la cocina o mirando la tele y cogía una bola hecha con las laminas de papel de plata, de las que envolvían las tabletas de chocolate que mi madre compraba cada semana. Siempre jugaba con una de aquellas bolas mientras escuchaba esa canción.

Era una pasada, sip.

martes, 9 de noviembre de 2010

Escribir y soñar.

Los cuentos comienzan enlazando un aprieto y terminan resolviéndolo.

Pues eso es mentira.
Una narración, o una canción, cualquier forma de percepción artística, empieza con la necesidad de soñar aventuras o experiencias. Recuerdo que leí, no sé dónde, que esa es la primera ilusión de belleza que padecemos. Luego aparece la forma de lo que deseas, porque necesitas plasmar esa ansia para consumirla y satisfacerla, agotarla y dar tiempo a que renazca.

Uno dice: "Os voy a contar un cuento un poco triste". Y entonces el vello de la piel se estremece, porque es lo que esperamos, precisamente eso, y todos nuestros sentidos se ponen en alerta, esperando que la historia triste sea por lo menos igual de triste que nuestra ilusión, y esperamos reconocer todas y cada una de las palabra, de cada insinuación o sugerencia.

Con las canciones pasa exactamente lo mismo:

Comienza con un ritmo, repetitivo, machacón, todo nos dice que ésa canción es la canción y que con cada acorde, con cada nota de la melodía se está buscando nuestra felicidad.

Suena una canción donde sea. Una sola. A veces, solo recordamos no más de una frase. Pero instantáneamente sabemos que tenemos que escuchar ese disco si o si. Reconocemos que justamente ahí encontraremos ese elixir que nos hará curar la nostalgia, aunque sea acentuándola.

Es igual que el amor. Nos atrapa de la misma forma, y de la misma forma nos abandona.

Yo estuve enamorado muy seriamente de Christina Rosenvinge. Pero ahora todo ha terminado. Nunca olvidaré todos los momentos que compartimos, ayudados por diferentes tipos de aparatos reproductores de música que nos hicieron de meublé para consumar nuestro adulterio musical.

jueves, 4 de noviembre de 2010

that’s life…..

Mirando atrás me doy cuenta de que en la vida hay situaciones tan lejanas que en la distancia se tiñen de fantasía o irrealidad. Cuando lo pienso (cada vez menos) me parece mentira haber sido yo uno de los protagonistas de aquellos momentos, de aquellos días lejanos de los que no hay mas constancia que la dada por una memoria, mi memoria , que a veces se pierde entre tantos y tantas emociones, pasiones, detalles, sentimientos y ausencia de serenidad. Y no puedo dejar de pensar que posiblemente, quizás aquel no era yo, ni siquiera aquella eras tú. O quien sabe, todo lo contrario, tal vez puede que sí.

Seguramente por eso me resulta curioso que la que es mi mejor pareja de baile no sea precisamente la que mejor baile. Ni punto de comparación, vamos, nada que ver.

¿Entonces, cuál es el problema? Que me cansé, invariablemente siempre era más de lo mismo. Digamos que llegó el momento en que me aburrió, porque al final siempre es igual. Y no es que yo esté buscando emociones fuertes, no, no es así, no me interesan las grandes hazañas bélicas. Pero los traspiés me saturan, por eso escapo y de paso me alejo.

Mirando atrás me doy cuenta de lo cambiados que nos vemos, será por eso que nos extraña ver todo lo que hicimos y como lo hicimos….pero….that’s life…

viernes, 29 de octubre de 2010

8119 visitas....

Verdaderamente estoy abrumado, hace algunos meses atrás no creía llegar ni a las 1.000 visitas. Vale, ya sé que en principio era un blog intimo y personal, husease para mí solito. Lo de menos erais los invitados, con todo el cariño ehh!!!, así que salvo que un servidor entrara por lo menos 900 veces veía poco probable que llegara a ese número de visitas.
Sin embargo hoy vamos ya por las 8.000, que una vez descontado las 4.000 veces que debo haber entrado yo... quedan otras 4.000 veces que algunos habéis invertido vuestro preciado tiempo en leerme, que os habéis parado a darle a un link para recorrer aunque solo sea de refilón su lectura y su sentido por los recovecos, subidas y bajadas, curvas y rectas, en definitiva, por el contorno de mis frases.
Únicamente he intentado compartir mis pensamientos blogueriles en un entorno libre y abierto y el resto pues como que surge sólo.
4.000 gracias por ello. Prometo que intentaré buscarme un poco mejor, y espero plasmarlo más frecuentemente en forma de letras.

Muchas, muchiiiiiisimas gracias!!!

martes, 26 de octubre de 2010

De el diario de Anais III

"Pues no se me ha ocurrido otra manera de entrar en su habitación. Estropearle los enchufes de la mesita y el de la pared de enfrente, creo que eran factores indudables para que me enviaran a la habitación de Clara acompañando al “chispas”. Sin enchufes no hay luz, no hay lectura.

Iba como un flan pensando que seguro se me iba a notar la artimaña. Es que no sé, quería volver a ver cómo tenía su habitación, sobre todo como olía. Esos detalles revelan mucho de la persona que la ocupa. Me ha intrigado muchísimo la carta que tiene sobre la cómoda y mas por la frase que llegué a ver subrayada “yo estaré ahí, vigilante”, ¿qué es lo que significará esa frase para ella? Qué extraño.

Clara es una mujer de mirada penetrante, parece traspasarte la piel, los huesos y llegar al alma solo con su mirar. Ella no se da cuenta pero me pone los pelos de punta… ¡qué sensación tan seductora y tan maravillosa!

Justo acabo de escribir esto y me pregunto si lo leerá alguien algún día. En uno de mis paseos por la casa me la he encontrado secándose el pelo, me gusta que esté aquí, siento una alegría como de iniciar un viaje o de cumpleaños. Me llama "la excursionista" porque suelo pasearme por la casa a si, sin rumbo. Es algo en lo que me parezco a mi abuelo paterno o a lo mejor viene de mis perros, ahora no lo sé con exactitud.

Yo por si acaso, estaré ahí, vigilante."


lunes, 25 de octubre de 2010

De el diario de Anais II.

"He decido incluir al chico de la mochila en mi diario, qué simpático, se ha quedado alucinando cuando he dejado de leer y le he preguntado, a si, sin más, si quería algo…

No sé por qué, pero me recuerda a una ardillita, … me estuvo hablando todo el rato como si estuviera enfadado con el mundo, pero yo sé que no es verdad. Se llama Teo y he decidido que se me antoja que sea mi amigo. Teo ojos azules… huele a otoño.

Reme ojos negros, oscuros, no consigo ver nada detrás de su sonrisa. Reme tiene miedo o por lo menos eso pienso yo. Huele a lágrimas y tierra, a hierba húmeda.

Álvaro y Greta, tan pronto te miran como que están a otra cosa, Greta tiene los ojos como de agua, azules transparentes y Álvaro los tiene marrones como el color del agujero que le intuyo le está creciendo por dentro, Álvaro necesita que le abracen… Álvaro y Greta se buscan pero nunca se encuentran.

Mi preferida es Clara, es como pasar del sobresalto al deseo y de este a la pena. Clara huele a bizcochos, pan y canela…

Llaman a la puerta, es María… ummm, voy a dejar para otro momento a qué huele María porque incluso para mí es algo complicado… "


miércoles, 20 de octubre de 2010

De el diario de Anais.

A petición de una fan, reproduzco un día del diario al que hago referencia en mi anterior post.

"Hoy he entrado en la habitación de Clara para cogerle las llaves de la vespa. Se las podría haber pedido pero hoy quiero portarme mal. Removiendo en un cajón de la mesita encontré lo que buscaba, pero también cosas que no me esperaba: una llave hueca, pequeña y medio oxidada, igual a la que usaba mi abuela y decía que, si me la ponía en los ojos, curaba los orzuelos. ¿Qué es lo que abrirá? Lo desconozco, también me la eche al bolsillo y salí corriendo. Ahora me marcho. Mañana intentaré encontrar la cerradura apropiada, de la puerta que seguro que esconde y oculta oscuros secretos de vete tú a saber quién."

martes, 19 de octubre de 2010

En el fondo de un cajón

Este último viaje a Andalucía me ha traído recuerdos de mi infancia, concretamente de los viajes en verano al pueblo.

Recuerdo un llavero repleto de llaves y a mi padre buscando una llave en el. Mientras mi madre le decía que seguramente estaría en otro llavero y él como no podía ser de otra manera decía que no, que estaba en ese llavero, el llavero de toda la vida y que tarde o temprano daría con ella.

Fue probando una tras otra hasta que la encontró y abrió la puerta. Lo recuerdo nítidamente, lo primero que sentí fue el olor a cerrado una mezcla de añejo, rancio, antiguo y polvo. No recuerdo que hora sería, sobre el medio día, al final de la mañana, recuerdo que la luz entraba a raudales por las ventanas entre abiertas pese a que acumulaban unos cuantos años de sol, viento y lluvia.

En lo que en su día había sido el salón, permanecían unos sillones que en su origen fueron rojos de eskay, una vieja alfombra raída y una mesita pequeña. Recuerdo haber ido explorando habitación por habitación, cuando estás en esa edad en la que no te dejan tocar nada, entrar en una casa en la que puedes llenarte de polvo, puedes tocar y desarreglar, es toda una invitación al paraíso.

Y fíjate, sin embargo, de lo que mejor me acuerdo de aquel día es de una habitación concreta. No era ni muy pequeña, ni muy grande, y los muebles eran de un color azulado, la mesa, la silla, la cama, una cómoda con cuatro o cinco cajones y el armario…

Fue en un cajón de la cómoda donde lo encontré, un cuaderno pequeñito, con las tapas duras de color verde. Sabía que era importante antes incluso de abrirlo.

Era un diario.

Me pregunté entonces por qué alguien escribiría su vida, sus sentimientos, sus penas y alegrías en un pequeño diario susceptible de ser descubierto y leído.

Hay quien escribe su vida en un pequeño diario de tapas verdes escondido en el fondo de un cajón, yo las escondo en este blog.
Igual da el sitio, en uno como en otro, quien las encuentra no puede resistir la tentación a leerlas.

lunes, 18 de octubre de 2010

Actualizando.

Mis fans me dicen que actualice... y claro, yo por mis fans como que MATO…!!!
Lo cierto es que no he tenido mucho tiempo pa ná desde el último post, lo cual implica que si entonces tenía cosas que contar (que probablemente no le interesan a nadie, pero... si me piden que escriba, yo escribo, que aún me queda un poco de aquel niño bueno y disciplinado que fui)

Al igual que en toda persona, en mi también hay un deseo de trascender. Los niños son los que mejor lo hacen, se dibujan a sí mismos o a sus padres como ídolos o viceversa (en el sentido más preciso de la expresión), con los que ellos se identifican, bien por la cualidad o bien por la virtud que creen o querrían tener. Escriben sus nombres junto a la figura que han dibujado, como firmando un diploma que les confirma como seres reales.

Y cuando aprendemos a escribir, cuando aprendemos a narrar y a describir, vamos completando poco a poco el proceso de ser conscientes de nosotros mismos, contamos relatos en primera persona, para después incluso llegar a fragmentarlos en terceras personas, siendo capaces de narrar cada una por sí sola el mismo hecho desde un punto de vista diferente. Pero siempre con el afán de eternizarse, de subsistir.

Y es en este viaje el de escribir, en el que yo siento que hay un encanto superior, mayor al ser más íntimo. La lectura consigue expresar en primera instancia lo que la escritura extracta a través del tamiz de lo visceral. La impresión, la huella que deja una lectura en mi interior es como el flash de una cámara. Un post es una fotografía, y el blog es su álbum, que cada uno de nosotros podemos ir visionando en cada lectura.

viernes, 8 de octubre de 2010

Un cobarde como yo.

Siempre me ha gustado pensar que el viento es un cobarde como yo, y que es por eso que huye por las calles y además lo hace de esa manera tan fuerte.

Es como si intentara escapar corriendo, animando a todos los demás a hacerlo. Lo hace a susurros, como si quisiera convencerte de la manera más sutil y suave posible.

Y fíjate tú, hasta me da por pensar que incluso la persona más fría y cerebral es capaz de arrullar algo bonito en cualquier momento.

Esta semana me ha estado soplando el viento, ha estado muy presente en las calles de mi vida. Y si soy sincero, la verdad, yo tenía motivos más que evidentes para salir corriendo y no precisamente detrás de él.

Me voy al sur, voy a respirar un poquito de Andalucía, me marcho al sur, para cubrirme de Sevilla, con tal de no estar aquí, me marcho donde la luz es vida. Donde el viento está loco, ahora frio, ahora caliente, fuerte, húmedo….está loco, como yo.

Hasta la vuelta….

jueves, 7 de octubre de 2010

De triunfos y tragedias.

Esperar al final para solo soltar un par de frases. Si solo con tres palabras habría bastado. Eso sí, las frases estaban llenas de mala baba. Las expulsó de manera perfecta y precisa por sus labios estrechos, se movían despacio, porque es lo que tiene, la mierda pesa y ralentiza el flujo normal de las palabras. Pero aún así, justamente cuando me llegó a los oídos, se volvió mucho más cruel, más duro, hasta que estalló. Y claro mi cara se llenó otra vez de esa mezcla de salitre y cemento que son las lágrimas. Y se fueron secando, hasta dejar marcadas las arrugas de mis ojos y la sonrisa vacía y seca. Es posible que crea que ha ganado nuevamente y que yo soy un desvalido. Pero lo que no puede saber es que a pesar de los fragmentos de metralla que me volví a quitar, cada día soy y me hace más fuerte.

Por eso no voy a decir nada, por eso y porque no me gustaría leer lo que saldría de mis pensamientos. Y de igual forma porque me merezco disfrutarlo un poco, que me lo he ganado juer. Porque ya hace un año me lo merecía y ahora pues como que también. Aunque es posible que no sea del todo justo, y es que nunca nada es completamente justo.

Estoy contento, juer, no esperaba estar tan contento, pero lo estoy. Y también confieso que tengo un poco de miedo. Pero lo que más me sorprende es estar orgulloso, fíjate, yo, que nunca estoy orgulloso de mí, que sé que esto me llega tarde y que evidentemente ya no tiene el mismo valor, porque más que un éxito es maquillar una desilusión una decepción un fracaso, y a pesar de todo eso... me siento orgulloso, porque sé que lo he conseguido, porque no he engañado a nadie, esta vez ni siquiera a mí, porque las cosas se pueden hacer de otra forma y, a veces, resulta que hasta funciona. Y que ya, como que me da igual que llegue tarde, que tendrá sus criterios, pero a mí los que me importan son los míos y yo ahí el año pasado gané por goleada y no hay nada más importante que eso.

Pero a pesar de todo lo siento por ti, siii ya sé que suenan como palabras vacías, pero no, no lo son. Lo siento, tengo un extraño sentimiento de culpabilidad por esta alegría que no sé de dónde coño sale. Sé que tu deslealtad ha sido igual a la mía, menos un año, multiplicada por dos y me llevo una, me pongo en tu lugar (me cuesta muy poco) y me da rabia, mucha rabia.

Por eso en realidad es hora de olvidar...

miércoles, 6 de octubre de 2010

Curriculum sentimental.

Estaba yo mirando mi curriculum sentimental, y la verdad, creo que ni yo mismo me contrataría para trabajar en ningún tipo de relación. Cualquiera vería con desconfianza los largos períodos de desempleo sentimental a los que me han sometido.

Ya me estoy imaginando en una entrevista para entrar en una relación...

Ya te digo, es que estoy convencido que soy el típico idiota que sigue sintiendo cuando realmente hace tiempo que ya no toca, amos, que ya no debe... y a pesar de haberlo pasado mal sigo hay, al pie del cañón ¡¡Porqueyolovalgo!! No, coño, si sigo aquí es porque ellas lo valen (no todas). Porque tengo que reconocer que tampoco me enamoro de cualquiera.

¡Juer! Que me voy por los cerros de ubeda.

Tornando al curriculum y obviando los vacíos temporales en cuanto a experiencia sentimental se refiere, llegamos a las nociones y aquí es cuando la cosa se agrava...

Y es que lo tengo que reconocer, hasta el día de ayer, y a mis 49 tacos recién cumplidos, no me había hallado en la situación de tener que forzar una conversación más o menos interesada. ¿Porque lo hice a estas alturas? Puede que el niño que conocí hace ya años y que de tanto en tanto me habla tenga buena parte de la culpa... Mejor no preguntéis, es una historia muy larga. Pero, ¿Queréis saber el resultado de la experiencia? SUSPENDIDO. Juer, vale reconozco que tampoco estoy en mi mejor momento y que por ello disto bastante de tener mi chispa habitual, pero es que... ¿De qué ostias hablas con alguien que sabes esta apunto de asesinarte de nuevo sin que parezcas la típica victima tediosa? Y menos si tampoco te ilusiona la idea... Me quedé mosca, una cosa es que no me apetezca volver a arriesgar y otra muy distinta es que no lo haga. Y lo peor es que no me ha molao un pelo. Si es que ya no me lo tomo ni como un reto. Si al menos con la experiencia ampliase mi círculo de amistades, pero claro, para que quiero otra amistad. ¿No?

Ahora iba a continuar con mi curriculum, toca experiencia sexual, pero creo que esta parte, la de las aptitudes y habilidades propias, etc... mejor la salto, siempre ha sido mucho mejor demostrarlas que presumir de ellas... total, no creo que yo sea el más indicado, de eso tendrían que opinar las demás y no yo.

Pocas.

lunes, 4 de octubre de 2010

Ciclón

En esta última semana me he leído y releído el blog para intentar sacarle las telarañas que empieza a tener y he visto que ya ha pasado casi un año desde que lo empecé. ¡Pero cómo pasa el tiempo!. En mi modesta opinión ha pasado para mejor. El blog me ha valido para ver mis pensamientos escritos y así poder meditarlos, apreciarlos, criticarlos y como no, madurarlos. He sacado mucho de lo que tenía dentro, y estoy satisfecho.

El ciclón ya pasó, y ahora es cuando puedo mirar lo poco que dejó en pie. Ahí es nada, ahí se queda.

La lectura y este blog me han acompañado casi todo este tiempo y ha sido una gran compañía y un gran descubrimiento. Algunos relatos parecen hechos para mí y otros me han permitido soñar.

Una de las cosas (bueno, varias) que podido aprender durante este tiempo es que toda experiencia (incluso la que en su momento fue negativa) es totalmente válida. Todo se puede aplicar o reciclar.

Al Leer lo que he escrito hasta ahora me encuentro bien; tal vez puede influir (entre otras cosas) que hace poco que he vuelto de mis vacaciones, que incluso he logrado sacarle una sonrisa a todos (o casi) los problemas, que me he reído muuucho, que he visto premiado mi esfuerzo, que vuelvo a ver sonreír a quienes ya casi ni pensaba que volverian o se acordaban de cómo hacerlo.

Poco a poco todo vuelve a su cauce.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Siempre positivo...

Mi desafío para hoy es que sea un buen día …. Como me gusta ponerme retos, qué le vamos a hacer…

Tengo miles (dramatizando) de cosas por las cuales podría hundirme en la miseria mas absoluta…. (auto) flagelarme y machacarme, pero resulta que NOMEDALAREALGANA, ya ves tú….

Así es que voy a pensar en aquella frase tan manida, SIEMPRE POSITIVO…..: (y pensando, pensando, pues me he dado cuenta de que hoy posiblemente puede ser un buen día, porque EL UNIVERSO, LOS DIOSES y SUS SEÑALES lo dicen así…amos, eso creo yo.

Las cosas positivas

1. El escote de hoy de la secrebuenorra del jefe…jueer

2. El tonteo de ayer en el gimnasio con la chica de los shorts y el top …. Madredelamorhermoso…Fue un supermegamomentazo que la verdad no sé si realmente ocurrió, creo que no, que solo fue producto de mis esfuerzos y el mono de la medicación, escenario: dos armarios (hombres depiladitos y moreno de UVA) camiseta de tirantes y una chica- ella- en medio de los dos, … la miro (no suelo hacerlo, palabrita del niño Jesús), me mira (esto tampoco suelen hacerlo), la miro, me mira, sonríe, sonrío, nos miramos… nos cruzamos con una sonrisa… yo sigo a lo mio (pá verme mataao), ella sale dirección sabe dios ande… ¿lavabos? ¿vestuarios? ¿piscina? ¿duchas?....mecagoensanblas

3. El momento exhibición,.. hoy me he levantado con supermotivación…. Me he arreglado “fatal para el mundomundial” y genial para mí, camisa blanca a cuadros azules (informal de Tomy, tuquetecrees) con pantalón tejano de gant y zapatillas G-star, amos, un cromo… me gusta vestirme como me da la gana, qué le voy a hacer, soy rebelde porque el mundo me ha hecho así…aa, y americana azul casi negra.

4. Hoy me voy a comer a casa… aunque tenga que hacerlo con las fieras…. Paso de cutresitios…

Que sí, que vale, puede parecer que no son ni grandes (ni) momentos pero solo son las 11:40 y son mis momentos, oyes….

(vaalens también podría contar los malos mini-momentos pero es que oyes, como que paso)

I want to believe..

martes, 21 de septiembre de 2010

Un día cualquiera

06:57:00

Ayer llegué cansado a casa, tampoco es que fuera tarde, pero el gimnasio después del gripazo es lo que tiene. ... son las siete y ya estoy "preparao" para ir a currar, incluso me ha sobrado tiempo para actualizar...una canción.

¡¡¡Just do it!!!

y de qué escribo hoy???

uhmmm....nuse

Ayer el día salió más o menos como lo tenía planeado.... tampoco es que fuera muy complicao... pues dejarse llevar y ya está...

En lugar de serie, tocó ver a Albert Om en casa de Buenafuente y cia. (ya te digo,... dejarse llevar)

Al mediodía fui a comer con alguien, porque fui totalmente incapaz de decirle a la nueva secrebuenorra del jefe que entre ella y mi soledad, elegía mi soledad...

Hoy no vendrá a currar... se ha pillao el día libre, así que gracias a los dioses no podré enterarme de la vida, obra y milagros de sus novios (así, en plural, no sé cuantos tiene... pero entre uno y cinco...madredelamorhermoso)

En fin... que como creo que estoy en este ciclo en que todo (o casi) lo que deseo se me cumple alotonto, hoy me tocará comer solo en casita (lo de cotillear ya lo veo más peliagudo, aunque... quién sabe?)

Bueno pues pallá que me voy al curro, en principio será como ayer pero sin aguantar a la secrebuenorra (jueer) y sus conquistas y con reunión de jefes al final para rematar la jornada...

Hoy me he despertado (hacía tiempo que no) con una gran sensación de ¿soledad?, así en genérico, soledad de la mala, frío en el cuerpo y recordando una mirada, esa forma de mirar... y cuando alguien me pregunta ¿qué quiero, busco o espero?, siempre digo aquello de, a ser posible y si los dioses proveen, treintañera, directora de lo que sea y balblalblbla.... pero realmente solo busco.... esa mirada (provocada o dirigida) por y para mí...

En fin... amos que nos vamos... que no está ni el día ni el patio para ponerse tontos.

Por respirar.



"Por respirar, por confiar de nuevo y volver a creer.
Por confiar, por respirar serena y saber esperar.
Renacerás. Será un regalo de tu propia fe.
Tu propia cuna la que has de mecer cantando en la alborada.
Renacerás. Si no te empeñas en querer sufrir.
Precioso tiempo tu vida ha de ser, preciosa perla rara.
Por respirar, por confiar de nuevo y volver a creer.
Por confiar, por respirar serena y saber esperar.
Hay un cielo ahí afuera
con sus planetas visibles colgando.

Hay un mundo visible
como un decorado de feria.
Y una montaña de vidas
que con respirar ya se conformaría.
Y el toro negro de Osborne recortado sobre el horizonte
es una sombra negra.
Por respirar, por confiar de nuevo y volver a creer.
Por respirar, por respirar serena y saber esperar.

Como se cruzan las carreteras
para después volver a separarse,
se cruzaron tu vida y la mía;
dardos hacia la diana de nuestra lotería.
¿Por qué se cruzan las vidas que se tocan
y luego vuelven a separarse?
Un filón de suertes que se mezclan.
Alquimia en el laboratorio Kosmos del doctor Noestamossolos.
Por respirar, por confiar de nuevo y volver a creer.
Por confiar, por respirar serena y saber esperar.
Renacerás. si no te empeñas en querer sufrir.
Precioso tiempo tu vida ha de ser, preciosa perla rara.
Por respirar, por confiar de nuevo y volver a creer.
Por confiar, por respirar serena y saber esperar."

viernes, 17 de septiembre de 2010

Septiembre

A mediados de septiembre se añora la lluvia y el repiquetear de las gotas en los cristales como si de notas de piano se tratasen.

Sólo es tiempo. Sólo son pasos. Sólo es el final del verano. En este tiempo siempre hay demasiada gente en las calles, con similares aromas que parecen buscarse ocultándose con sonrisas de revista y conversaciones trasparentes. Sólo es de noche. Sólo se ocultan. Sólo engañan. Sólo es el final del verano.

Sin olas ni brisa de playa. Sin esas gotas que salpiquen.

Y la lluvia humedece el asfalto haciéndolo de cristal durante esos instantes. Mirando desde lo alto de mis zapatos me parece que esté caminado sobre el espejo del cielo, todo se refleja, todo menos el alma. Y me inhibo con los reflejos de los semáforos, en el semáforo de sus historias y desvelos sin más pretensión que a lo sumo, cambie a ámbar, solo por si decido no avanzar ni una calle más.

Y poco a poco va finalizando la cuenta atrás de los días, de los números cuya suma coincide con los pecados capitales.

Y después de esperar, decidiré nadar…. y nada.

Siempre es nada.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Regreso al futuro

Algunos amigos y conocidos me dicen que no debería ser tan exigente conmigo mismo, que debería darme más libertad, para ser capaz de fracasar, asumir que no soy irreductible y reconocer el error propio como parte de mi vida.

Lo sé, lo sé, intento convencerme, y me lo repito una y otra vez, pero como siempre, al final no consigo evitarlo. Pienso que podría haber hecho las cosas mejor, que me tendría que haber dado cuenta a tiempo de lo que estaba destinado a acabar mal, y haberle puesto freno a lo que irremediablemente se expandía sin siquiera tener la posibilidad de retorno.

Y al final como no puede ser de otra manera, y cuando menos lo esperas, los acontecimientos se precipitan, se agitan, dan giros inesperados y te atrapan. Y de poco o nada sirve culparse, porque siempre pasa lo que tiene que pasar, y yo, como que he dejado de pretender avanzarme al futuro.

Si realmente lo he conseguido o no, el tiempo y el universo lo dirá. Es una carga a veces algo inaguantable el querer controlar todos los aspectos de nuestra vida incluido el más aleatorio de todos, el futuro.

Y eso precisamente es algo que mucha gente se empeña en hacer, adelantarnos al futuro, planearlo y pronosticarlo todo... Sin darse cuenta que al volver cualquier esquina de nuestra vida descubres que la calle que hay al otro lado nada tiene que ver con lo que tú pensabas, y te quedas (te dejan) con el culo al aire...

Y ya sabes, si quieres hacer reír a los dioses, solo tienes que contarle tus planes...yatedigo.

martes, 14 de septiembre de 2010

Tendré que ir cambiando la perspectiva.

La otra tarde vi una película en la que se celebraba el cumpleaños de uno de los protagonistas. Escena, el típico pastel con velas, se lo ponen delante, con todas ellas encendidas y le propusieron que formulara un deseo, dijeron: “venga, pide un deseo”.

El homenajeado en cuestión, respira hondo y contesta: “pues no sé, es que todo lo que quiero ya lo tengo, así que creo que os voy a regalar el deseo”. La pantalla muestra cada uno de los rostros de sus amigos y amigas y se ve como estos cierran los ojos para formular el deseo como con más fuerza. Entonces sopla fuertemente y apaga todas las velas.

No, todavía no es mi cumpleaños, no, aunque ya no falta mucho. Ni tampoco es 31 de Diciembre, ese otro momento para plantearse deseos. Estamos en septiembre, el mes clave al final del verano en el que en lugar de plantearnos deseos nos proponemos nuevos objetivos, ya que normalmente es en otoño cuando suelen germinar, siempre y cuando haya buena temperatura y se acaben convirtiendo en logros.

Vuelvo a mis sueños, cosa que por un lado me atonta (ya lo sé) físicamente, uno ya tiene una edad, y por otro, me permite ensanchar la franja temporal que suelo dedicar a la escritura (poca) y a la lectura.

Nunca he tenido grandes deseos, suelo (creo) tener todo lo que quiero, bueno, para ser un poquito más exacto, acostumbro a querer solo lo que tengo y eso me hace un poquito feliz.

Un momento...pues no, realmente yo no tengo todo lo que quiero así dicho en mayúscula, pero seguro que si empiezo a mirar en los cajones, en la letra pequeñita... seguro que tengo mucho más de lo que me imaginaba.
Tendré que ir cambiando la perspectiva de la botella.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Botellitas de perfume.

Siempre he tenido una obsesión por las botellitas de perfume y por los olores. Mientras leía el post anterior me ha venido a la memoria un pasaje impresionante de una obra literaria igualmente extraordinaria.
Os la resumo:
"Una noche oyó un sonido como de campanillas agitadas por el viento en el aire y, cuando, al cabo de un rato, cesó, se quedó dormido con el anhelo de volver a oír ese sonido, como el de la garganta de un ave, tal vez fuera un flamenco, o de un zorro del desierto que uno de los hombres llevaba en un bolsillo —medio cerrado por una costura— de su albornoz.


El día siguiente, volvió a oír retazos de aquel sonido cristalino, mientras yacía una vez más cubierto con tela, un sonido procedente de la oscuridad, de su oscuridad. Al atardecer, le quitaron el fieltro y pudo ver la cabeza de un hombre que asomaba por encima de una mesa y que avanzaba hacia él, después comprendió que el hombre cargaba con un pesado yugo gigantesco del que colgaban centenares de botellitas de diferentes tamaños y colores, sujetas con cuerdas y alambres. El hombre se movía como si formara parte de una cortina de cristal, con su cuerpo en el centro de esa esfera.


La figura se parecía enteramente a los dibujos de arcángeles que de pequeño había intentado copiar en la escuela, sin lograr entender nunca cómo un cuerpo podía dar cabida a los músculos de semejantes alas. El hombre daba pasos lentos, pero tan ágiles, que las botellitas apenas se inclinaban. Una ola de cristal, un arcángel, todos los ungüentos de las botellas se iban caldeando al sol, por lo que, cuando tocaban la piel, parecían haber sido calentados a propósito para aplicarlos a una herida. Tras él, aparecía una luz tamizada: azules y otros colores que titilaban en la neblina y la arena. El tenue sonido del cristal, los diversos colores, su majestuoso paso y su rostro parecido a un cañón fino y oscuro.


De cerca, el cristal era basto y estaba rayado por la arena de los desiertos, un cristal que había perdido todo su lustre. Cada botella tenía un diminuto corcho que el hombre sacaba y sostenía entre los dientes, mientras mezclaba el contenido de una botella con el de otra, y cuyo corcho también mantenía con los dientes. Se situó con sus alas cristalinas por encima del cuerpo, hundió dos palos profundamente en la arena y después se separó del yugo de dos metros, que ahora se balanceaba entre los dos soportes. Salió de debajo de su tenderete. Se dejó caer sobre sus rodillas, se acercó al hombre, le colocó sus frías manos en el cuello y las mantuvo en él.


Era conocido por todos los que hacían la ruta de camellos del Sudán septentrional a Giza, la de los Cuarenta Días. Iba al encuentro de las caravanas, vendía especias y líquidos y se desplazaba entre oasis y campamentos con agua. Caminaba por entre tormentas de arena con aquella cota de botellas y los oídos taponados con otros dos corchitos, por lo que parecía —aquel doctor mercader, aquel rey de óleos, perfumes y panaceas, aquel bautista— un recipiente, a su vez. Entraba en un campamento e instalaba la cortina de botellas ante quien estuviera enfermo.


Se acuclilló junto al hombre. Formó un cáliz de piel con las plantas de sus pies y se echó hacia atrás para coger, sin mirar siquiera, algunas botellas. Al descorcharlas, de cada una de ellas emanaba perfume, un aroma de mar, olor a herrumbre, índigo, tinta, lodo de río, viburno, formaldehido, parafina, éter: una caótica marea de aires. A lo lejos se oían los chillidos que lanzaban los camellos al percibir las fragancias. ……."



miércoles, 8 de septiembre de 2010

Diseccionandome.

Cuando era pequeño discutía frecuentemente y mucho con mis padres. La cosa siempre empezaba suavemente, suave, amos, y poco a poco me iba irritando hasta terminar completamente fuera de mí, gritando cualquier estupidez y claro, llorando a moco tendido. Mi psico me dijo años después que las personas como yo solemos ser así, fuera de casa encantadores y de puertas pa dentro unos "estar por civilizar", y eso es así porque fuera nos reprimimos y dentro lo sacamos todo, todo, todo.

Pues el caso es que como todas las madres, la mía aprendió a controlar lo asilvestrado de mi incipiente personalidad, y cuando veía que me subía por las paredes, o que empezaba a descontrolarme y ser capaz de entablar una guerra simplemente porque no me gustaba la comida, me mandaba al cuarto de baño pequeño (porque teníamos dos, el grande y el pequeñito con su espejo con repisas, donde ponía mis colonias, el lavabo y la taza del water). Y allí que me iba yo, todo enfurruñao, y en ese momento empezaba el espectáculo.

Me miraba fijamente en el espejo. Miraba mis ojos húmedos, la forma de las lágrimas, el camino que recorrían por las mejillas hasta que caían en el lavabo. Recuerdo que apretujaba los ojos para que brotaran más, y más lágrimas, porque aunque se me iba pasando el arrebato quería seguir llorando porque me encantaba ver cómo se me aclaraba el color gris de mis ojos, cómo se hacia una balsa que empañaba mi imagen en el espejo y cómo al final la lágrima se precipitaba por el lacrimal hasta caer, buumm, a cámara lenta, como si eso fuera en ese instante lo más importante que podía pasar en el mundo. Juer, me he visto llorar tantas veces que incluso ahora podría dibujar con más o menos nitidez mi cara de niñolloron reflejada en el espejo después de una de esas rabietas.

Indudablemente, mirar con aquella delicadeza el proceso de mi emoción aplacaba a la fierecilla que habitaba en mí, entonces esperaba a tener los ojos secos del todo para dedicarme a coger una por una todas las botellas de colonias que había en las estanterías para olerlas y empaparme con ellas mano, cuello, cara y pelo. Mi preferida era una que me habían regalado, no recuerdo el nombre, su olor me apasionaba porque era penetrante y tenía aroma a madera, y siempre me la dejaba para el final. Otra cosa que prioricé sobre los olores, fue el diseño de sus envases. Me las ponía para hacer tiempo, por distraerme, por ver mi cara cuando la mezcla me parecía muy fuerte, o agradable, y verme iluminado cuando llegaba el gran momento de la fragancia final, la mía, mi colooonia. En ese momento estudiaba mi boca entreabierta, mis labios, como cambiaba mi expresión, para ver lo que pasaba o qué era exactamente lo que los demás veían cuando me miraban.

Cuando acababa todo ese proceso (había veces que me pasaba horas y horas) sacaba la cabeza por la puerta y solicitaba permiso para salir. Recuerdo a mi madre preguntándome si ya tenía bastante, si me había tranquilizado y si no tenía nada que decir, claro y a mí diciendo que sí y que perdón. Y así era casi cada día.

Desde aquello ha pasado mucho tiempo, pero aun hoy hay algo que sigo haciendo. Cuando lloro, cuando me enrabio, cuando ya no puedo más, me planto delante del espejo y me observo. Me estudio y me disecciono mientras me caen aquellas lágrimas y, sin ningún tipo de ánimo de auto compadecerme, me doy una pausa y me indulto. Porque sigo viendo, reflejado en el espejo, al niño que se recluía en el cuarto de baño pequeño, cuando no entendía el mundo que le rodeaba.


viernes, 3 de septiembre de 2010

Como cambian los tiempos.

No me preguntéis a que viene, pero lo cierto es que me ha venido un flash de mis vacaciones, más concretamente el de un día cualquiera en una playa cualquiera cerca del Cabo da Roca en Portugal.

Mediados de agosto. Empieza la tarde en la playa. A unos metros de mí, unos jovencitos juegan a la pelota, y como no, exhibición de músculos y posturitas varias incluidas. Otros diez o quince metros más allá, otras tantas jovencitas, entre juegos y risas, intentan quitarse las unas a las otras la parte superior de sus bikinis.

Ellos, dejan la pelota y empiezan a dar saltitos y hacer piruetas y equilibrios; rivalizan por ver quién tiene más aguante haciendo el pino. Ellas, se meten en el agua (una de ellas, la más atrevida ha estado en topless durante unos instantes, juventud divino tesoro, pero de seguida ha vuelto a sus dos piezas). Allí siguen con nuevos escarceos para mediodesnudarse. Intermitentemente se muestran, se exhiben.

Los chicos siguen con sus tonterías, piruetas van y vienen. Las chicas por fin salen del agua y se tumban a tomar el sol.
Al final me doy cuenta que durante todo el ritual no han intercambiado ni una sola palabra de acercamiento o una mirada de complicidad. Cada grupo, se ha mantenido ajeno al otro. Pasan las horas y al final se marchan, cada cual por su lado.

Seguramente, (amos, estoy seguro), tal vez, unas cuantas horas más tarde, estén chateando entre ellos en el feisbuk, el mesenyer o tuentis.

No, no me extrañaría.

En mi caso, y con sus años les habría tirado los tejos a las tres y seguramente me habría enamorado irremisiblemente de aquella que me hubiera “acalabazao” con la mayor contundencia.

Los tiempos cambian? Umm, no.

Lo que cambian son las personas, la historia, por que el tiempo es el mismo.

A mí, ahora, tonteriaslasjustas…ya con estos pocos pelos que me quedan, el ojo tuerto tapado con un parche de cuero negro, y una pata de palo que va dejando agujeros en la arena; pero a pesar de todas esas circunstancias que me rodean , a pesar de ser pirata y gozar de esa mala reputación, los tejos se los hubiera lanzado, ya te digo.

jueves, 2 de septiembre de 2010

En la carretera.

Una autovía, eso es la vida. Nacemos, vas acelerando y cuando llegas al final, sales. Eso sí, con más o menos ruido, eso también depende de otras cosas, de muchas cosas. He conocido a gente que pretendían hacer mucho estruendo, se revolucionaban simplemente con acariciar su acelerador.

Gente que salía los martes o miércoles de fiesta para no tener que hacer lo mismo que hacían los demás. Gente que se apuntalaban solos en la barra de un bar y bebían hasta creer ver el alma que se oculta en las cosas. Más tarde te lo contaban como si tal cosa.

Recuerdo que entonces los veía como si fueran una especie de mesías, y también miraba otros objetos como si yo, desdichado de mí, fuera a ver lo mismo que ellos. Incluso alguno decían que la mayoría de nosotros no éramos más que actores mediocres que seguíamos un mismo guión, y nos llamaban pobres infelices a los que seguíamos el mismo patrón desfasado, cortado por el mismo sastre.

Yo empecé a mirarme y comencé a verme cada día un poco más anacrónico. Por eso no bebía, por eso no fumaba, por eso tampoco tonteé con muchas cosas. Aspiraba a ver el final del túnel, ser de esos tipos que son especiales, que ven más allá de la intrínseca belleza que me rodea. Ni qué decir tengo que no lo conseguí, mi empanada mental era excesiva para …., y acabé por dejar de verle.

Pasan los meses y años y este traje que es mi piel cada vez se adapta más a lo que yo espero que sea, me siento bien dentro de él. Pongo carburante a mi vehículo y entro en la autovía sabiendo que puedo acelerar hasta que a mí me dé la gana y parar cuando me convenga.

Ahora muy de vez en cuando no es difícil encontrarse con alguna/o en el mundo virtual o real. Unos con pareja, hijos, casa con piscina y trabajo estable. Otros perdidos con otras almas nocivas en paraísos que otros dejaron atrás, deseando ser como personajes de novela, sin darse cuenta que esos trajes ya están inventados en los manuales de una determinada generación.


miércoles, 1 de septiembre de 2010

Todo huele a ella

Hace poco que he llegado a casa.
He venido conduciendo con las ventanillas abiertas porque me encanta oler esta citi.
Parecerá una bobada pero cuando no estoy por aquí, la echo de menos.
Sobre todo, ese olor de BCN en verano.

Y me encanta esta ciudad que nunca duerme.Puedo dar fe de ello, porque estos días de vacaciones más bien he dormido poco y cuando bajaba a la citi todo estaba lleno de gente.

Han sido días de compras , de tapas, copas. La Rambla (las dos), Gran Vía, Puerta Ferrisa, El Port...etc.
Terrazas al aire libre, algún dolor de pies, una ligera brisa de madrugada que despista, cenas, algún taxi, copas, resacas, paseos, …etc.
Y gente, un montón de gente. Amigos, conocidos y desconocidos con los que fijo, que nunca volveré a cruzarme.

Acabo de llegar a casa. Tal vez porque no he bebido distingo mejor todo lo que me rodea.
Me voy a tomar una copa en la terraza. En esa terraza que nunca podré sustituir por otra porque siempre ha sido la mía. La terraza en la que miles de veces he pensado sobre mi vida, sobre esas decisiones importantes. Al fondo, Collserola, más cerca y al Norte la Mola, un poquito más para allá Montserrat y casi aquí tocando la Autónoma.

A la izquierda distingo los cuatro cipreses de Can Oriol. De frente, un parque y como fondo, los grillos.
En mi nariz ese olor, el olor a ella, un perfume que no es el mío, pero sobre todo huele a ella a BCN. A ese olor que tanto me gusta.

Amanece. Y yo me voy a la cama. Con este enorme placer de saber que mañana no toca currar, y que no necesito el despertador.Estoy cansado, es lo que tiene tanto salir, pasa factura, pero tengo estos momentos, cuando desde mi terraza veo mi ciudad dormida, cuando el aire fresco entra y llena mi nariz, cuando tampoco me canso de mirar las luces de esta ciudad que si duerme...entonces sé que me da igual donde esté, la citi es ésa ciudad a la que siempre querré volver.

martes, 31 de agosto de 2010

Piel de gallina

Ahora sí que estoy convencido, fijo, el termostato del aire acondicionado de la oficina está puesto en modo "Frío Siberiano", ya te digo, y por qué? Os preguntareis, pues mú sencillo, por que es el nivel que viene después de "Frío de los cojones” o más conocido como el “Putofrío de la Hostia".


El caso es que cuando ya no puedo más y estoy congelado, me levanto de mi sitio y salgo al sol de la calle para intentar entrar en calor y claro tengo que hacer como que fumo, si por lo menos pudiera ver pasar a la gente. Claro que entonces las vería caminar como casi asfixiadas, sudando la gota gorda, arrastrándose por culpa de este calor sofocante.


Y yo, con la piel de gallina, no, que digo de gallina, de pavo y temiendo entrar y recibir el próximo soplo de aire polar, me siento atrapado dentro de una “pecera” de hielo. Y claro, me dan envidia; como ellos a mí, si miraran hacia arriba y me vieran aquí, tiritando de frío.

Ainss, es lo que tiene depender de un termostato viejo y que funciona a piñón fijo, y lo peor de todo, con piel de avestruz.

viernes, 27 de agosto de 2010

Meccanico di cuentos.

Os cuento lo que me sucedió el otro día, sonó el interfono de casa y para no variar no le hice caso. Es que no suele visitarme nadie y menos de improviso. Continué fregando los cuatro cacharros de la cena como si no hubiera oído nada. Juer, estaba cansado y tenía sueño. Bostezaba continuamente y se me llenaban de lágrimas los ojos cada vez que bostezaba. La noche del día anterior me fui a dormir tarde, es que no conseguía hilvanar un post que estaba escribiendo para el blog y al final no lo conseguí. Estaba cansado y somnoliento, me sentía lento y mis ideas aletargadas.

Pocos segundos después, volvió a sonar, esta vez, me pareció más impertinente que antes. Aprecié como más arranque, nuse, más ímpetu y puede que hasta algo de enfado por haberle ignorado antes. MecagoenSanBlas, pensé yo. Total, que se me incrusto sobre el estropajo que estaba enjabonado obligándome a dejarlo en la pica, aclararme las manos y secármelas para atender el puto interfono. Pero qué jartito me tiene el putointerfono (pensé yo).

−¿Sí?

− Buongiorno. La luminosità del giorno e l'umidità è favorevole corretta, elementi importanti se vogliamo che il flusso di parole a nostro favore.

−¿Perdone, como dice?

−No me he presentato. Il mio nome è Van der Kuen e io sono un meccanico di cuentos.

−Eing ¡?!?, creo que se ha equivocado…. yo no lo he llamado.

−No. Ya lo sé, má penso che me necesita.

Ante semejante presentación, le invité a que subiera a mi casa. Esperé que subiera el ascensor al piso con el ojo puesto en la mirilla, pues quería ver la apariencia que tenía el señor Van der Kuen. Digo yo que no están los tiempos para fiarse uno de desconocidos. Tengo que decir, que su voz por el interfono me sonó en principio agradable, invitándome a la confianza.

−Pase, pase por aquí, señor…Van der Q ? − dije abriéndole la puerta al ver que su semblante era totalmente inofensivo. Se trataba de un hombrecito mayor, calvo, con (dos islotes de) pelo sobre sus orejas. Llevaba unas gafas de concha pasadas de moda, weno, depende qué se entienda por moda….se le veían unos ojos perspicaces con mirada cordial. Le colgaba del hombro un macuto y vestía con un pantalón ancho y una alegre camisa de colores.

Una vez en casa se encaminó directamente por el pasillo hasta la habitación dónde está el ordeñador. Lo encendió, buscó el post en el sitio adecuado y una vez lo tuvo abierto, sacó del macuto una cajita con frases hechas. Rebuscó un par, las que él creyó más oportunas y las tejió entre los párrafos. Volvió a rebuscar dentro de su macuto y sacó una especie de tela de lino, la desenrolló con sumo cuidado y cogió unos cuantos adjetivos. Con suma delicadeza, los anudó uno tras otro detrás de unos sustantivos que sobresalían por encima de mi texto. Sacó una especie de ramitas y me las dio.

−Al ora io te los iré pidiendo e tú, con attenzione a non darme due en vez di uno, me los irás dando a me. E’molto importante questa momento pues non debo dejar ningún cabo libere. Si è così así, la historia non funcionaría.
Mirando cómo trabajaba me di cuenta de lo mal que estaba mi texto y, que sin su ayuda, nunca hubiera funcionado. Escribir no es lo mío está más que claro y tomé la decisión de no volverlo a hacer.

− Perfetto, questo è stato perfetto −me dijo todo orgulloso quitándose las gafas después de leer el texto en voz alta.

Le invité a un café y lo aceptó encantado. Me explicó cosas sobre los textos y cuentos que había ido arreglado por el mundo y de todo el trabajo que aún le quedaba por hacer, ya cada día aparecían nuevos “cuentistas” que al final son incapaces de anudar como dios manda un cuento.

Cuando se marcho, me senté rápidamente delante de mi ordeñador a leer el texto que tan bien le había quedao. Cuando terminé, vi que junto al teclado, estaba olvidada la cajita de las frases hechas, incluso la tela con todos los adjetivos esmeradamente sujetos incluso el manojo de ramitas que me hizo sostenerle.



martes, 24 de agosto de 2010

Banda sonora

Es curioso como ciertas canciones nos devuelven a un momento concreto de nuestras vidas. Cómo es posible que el sonido de unas notas sean capaces de valer de hilo conductor en nuestra memoria y sacar a la superficie aquellos momentos perdidos en nuestro in/subconsciente.

Las canciones en el coche de peques...es todo un fenómeno, alguien debería hacer una tesis o por lo menos estudiarlo...y es que, se quedan grabadas para la eternidad en nuestra memoria…
...supongo que debe ser el comienzo de nuestra "banda sonora vital" la de cada uno. Cada vez estoy más convencido de que las vidas llevan bandas sonoras, si, como en las películas.

Esas canciones siempre me devuelven a momentos pasados de mi infancia... hace unos días atrás en un blog que leía me permitió reencontrarme con algunas de las que me acompañaron a lo largo de mi niñez y también posterior adolescencia. Al escucharlas nuevamente vuelvo a recordar la que fue la época más feliz, donde no tenía preocupaciones.

Es sorprendente los mecanismos de que se vale nuestra mente para almacenar nuestros recuerdos, y como acabamos relacionando canciones, olores, sonidos y gustos a aquellos momentos precisos de nuestra vida. Como con el paso del tiempo, aunque no tengamos una imagen precisa y concreta podemos recordar esa sensación que sentimos en aquel momento preciso.

Y la verdad es que con el paso del tiempo eso se agradece, porque hay cosas que no me gustaría olvidar jamás.

lunes, 23 de agosto de 2010

Comienza la función

Bueno, pues ya he comenzado otra vez la rutina, la función vuelve a empezar, ya se van acortando los días. Recuerdo que justo hace un mes, cuando me levantaba, ya empezaban a poner las tarimas, el atrezzo, los soportes de los focos del escenario por dónde suelo moverme a diario.

Me ducho y pienso que es lluvia, me quito las legañas y me arreglo, me disfrazo. Me lanzo sin pensar más a actuar. Pero no creáis que siempre actúo bien, la mayoría de las veces hasta se me olvida el guión y claro, meto la pata...

Pero, milagrosamente, en tan sólo pocas horas todo parece volver a funcionar a la perfección. Nuevamente, los extras salen de sus escondrijos y me cruzo con ellos: las limpiadoras del banco, la furgoneta de la prensa, el domador de fieras con su fiera y la chica que siempre espera el bus BlackBerry en mano, como tú.

Y espero, y miro cómo comienza la función sin fuegos artificiales ni música que los acompañe…...



jueves, 19 de agosto de 2010

La culpa de todo la tienen los extraterrestres.

Todavia me encuentro de vacaciones. Sí, eso no quiere decir que esté hibernando, veraneando. Llevo unas cuatro semanas de vacaciones. Cuatro semanas sin madrugar. Cuatro semanas sin obligaciones profesionales. Sin tener que estar pendiente de cumplir unos objetivos. Sin tener que estar perfectamente arreglado para desarrollar óptimamente mis roles profesionales. Tampoco tengo la necesidad de estar en todo momento vocalizando exhaustivamente. Y por eso mis pensamientos pueden ir y venir a lo que quieran; estos días no están obligados a mirar en la única y estúpida dirección de lo lógico, lo útil, vamos, lo mal llamado “inteligente”.

Es en estos días, los que no he ido a trabajar, en los que me encuentro en modo “acumulación y ahorro energético extremo”. Duermo la ostia de horas, incluida una mini-siesta en horarios diferentes. Como -de comer- anárquicamente; a diferentes horas. Casi sin parar. Pero nunca de manera compulsiva. Esta interminable ingesta de comida no responde a ninguna tensión que tuviera que aliviar. Sino que solo es un aprovisionamiento de alimentos, proteínas y nutrientes. Si estuviera hablando de comer compulsivamente, estaríamos refiriéndonos a un plano psicológico. Pero mira tu por donde esta sucesión de “comer-dormir” no supera el nivel básico, orgánico....... animal, amos....yoquese..

Debo suponer que es uno de esos mecanismos in/subconscientes de pura supervivencia del cuerpo. Del body como conjunto inmobiliario, usea de células, de carne y huesos. Uff, ahí estoy entrando en lo mental y espiritual. Y eso como que queda fuera de mis competencias, y menos en estos días de fin de la veraneación.

Y entohabia no he hablado de mís hercúleos esfuerzos que me suponen levantarme del sofá, ducharme, afeitarme en definitiva, arreglarme y hacer una mínima vida social. Por suerte (o no), tengo a mi favor internet y la televisión. Gracias a estos (nuevos) aliados que me/nos evitan entrar en uno de esos procesos de incomunicación perpetuo cuando estamos en nuestro "ahorro de energía".

Y digo yo, por qué acumulamos energía? La culpa de todo la tienen los extraterrestres y por supuesto el trabajo.

No, no me ha dado una insolación estos días, tampoco he comido ostras en mal estado, y por supuesto no he fumao ningún yerbajo....que os conozco...

Me explico, acabo de recordar una de las charlas de E.Punset que decía que si no perdiéramos tanto tiempo en hacer, deshacer esas cosas que nos agotan y no nos aportan ninguna satisfacción más que la pobre e insuficiente nómina a fin de mes... gastamos nuestra energía en eso diariamente, durante todos los días, semanas, meses, años de nuestra vida. Entonces no nos queda energía para otras funciones "más elevadas". Así que siempre nos encontramos en el plano más básico, no evolucionamos.
Si lo trasladáramos a la ciencia ficción, como que da la sensación que el trabajo y toda la estructura capitalista actual la hubieran trasplantado a nuestros cerebritos los extraterrestres para que así nos consumámos cada día trabajando x horas para pagar cuatro tabiques; y eso fuera nuestra única vida.

Enhorabuena, señores extraterrestres, el proyesto ha sido todo un ésito. Todos, todos, todos, estamos super ocupaditos aquí abajo malgastando nuestra escasita energía vital. Nunca evolucionaremos. Jamás llegaremos a igualaros. Sois los reyes del universo de por vida....y más ayaaa.

Así que, aquí estamos. No me queda más remedio que ahorrar y acumular la energía que empezare a gastar cuando empiece a trabajar. Ahora perdonenme señores erstratrerrestrers, tengo pendiente mi siesta.


viernes, 6 de agosto de 2010

Por eso y por mucho más.

Me pasa que a veces, me pongo delante del ordeñador y no se me ocurre nada que escribir. No me es una sensación, como diría yo... desagradable? pero sí que me obliga a mirar, ya sea en el desván de la parte de atrás de mi cerebrito o bien hacia la parte de delante.

Y veo pues cosas....muchas cosas, algunas son visibles y otras no.....invisibles. Me satisface mirar esas cosas invisibles, inventármelas o, simplemente, darles algún sentido.

Compongo palabras en la lengua que rápidamente escupo en el ordeñador. Mientras lo hago y escribo, me siento vivo. Y claro mientras vivo, pues siento cosas, y mientras siento esas cosas, pues eso, las escribo. Pero aún así, y como todo esfuerzo, es indispensable y se necesita descansar.

Hay que sacar los ojos, llenarlos de arena y saborear las nuevas cosas y lugares para luego, poder guardarlas en cajas opacas o transparentes. Y es por eso y por mucho más, que deseo y espero que cuando vuelva estéis muchos o casi todos vosotros a mi lado, dejándome volar de nuevo.

Felices vacaciones....

viernes, 30 de julio de 2010

Pura metafora.

Conozco una metáfora muy exacta de lo que es nuestra vida: Llevar un taxi en busca de esos usuarios que alzan sus brazos, eso es lo que quiero decir. Conducir calle arriba o calle abajo o bien girar a la derecha o a la izquierda en el siguiente cruce siempre pensando que allí puede haber alguien esperando precisamente un taxi, a ti por ejemplo, o a cualquier otra/o para pedirte que lo lleves a un sitio que nunca te esperarías, en definitiva para usarte, o usarle. Esta puede ser la metáfora más exacta de lo que es nuestra vida.

También podemos cagarla. Cagarla una y cien mil veces precisamente por la falta de experiencia o como casi siempre por culpa de una mala corazonada. Girar en cualquier calle y meternos en un atasco, o encontrarte de golpe con otros tres o cuatro taxis libres justamente delante. Esta puede ser la metáfora más exacta de lo que es nuestra vida.

O encontrar por fin a ese deseado usuaria/o después de tantas y tantas vueltas a otras tantas rotondas con el asiento de atrás vacío, y que al llegar a su destino te amenace con una navaja y te saque la recaudación de todo el puto día, o que por el contrario te bese antes de decirte (unilateralmente) que quiere pasar el resto de su vida contigo, si o si. Esta es la metáfora más exacta.

O también como no, pinchar una rueda delantera. O que te avise el testigo del aceite del motor.

O también podemos pasar del estoy libre al estoy ocupado en un abrir y cerrar de puertas. O transportar en el maletero algo sin saberlo, o empañar adrede (con tu miso aliento) el retrovisor, o cuando no nos queda más remedio dar marcha atrás, o ponerle carburante cuando toque. Esta es la metáfora más exacta.

Creo que en la justa medida todos somos taxistas porque necesitamos vivir medio muertos de miedo.

jueves, 22 de julio de 2010

Donde tenemos el alma?

Al escribir los últimos post, recordé los días de verano del año pasado cuando bajaba a la citi en tren.

Uno de esos días alguien se dejó olvidado en un asiento del último tren el libro de Eduard Punset ‘El alma está en el cerebro’.

Fue la primera y única (de momento) vez que alguien se olvidaba un libro y era yo el que lo encontraba, lo cual, sumado a tan fascinante título, interpreté que a lo mejor bien podría tratarse de una de las muchas señales divinas: Alguien puso ese libro ahí (y no otro) por alguna razón: Ese alguien quiere que yo me vuelva racional, pensé.

No obstante, pasados los meses aun no he sido capaz de abrirlo, pero es que ni siquiera de echarle la característica ojeada rápida a la contraportada.

Es que me da miedo. Porque siempre había pensado que el alma es una masa gelatinosa, tirando a líquida y que se oculta en la sangre, que circula a sus anchas por todo el cuerpo para al final concentrarse allí donde lo necesitemos, bien fuera el corazón (arritmias), las manos (el sudor) y los genitales (…). Esta mi teoría, está inventada, claro está, pero a mí me funciona, o no.

Por eso aviso, no quiero que nadie, nadie me demuestre lo contrario, aunque puede que tengan algo de razón.

En lo que se refiere al alma como que prefiero que la imaginación asesine a la ciencia.

Creo que no es bueno saberlo todo, para nada.

miércoles, 21 de julio de 2010

Frases por las calles.

Un comentario sobre uno de estos post me ha hecho pensar….

Hoy me pasaré el día escribiendo frases en Post-it para luego pegarlas por la citi el próximo día que vaya:

“Seguramente tu vida vale mucho más que tú” (pegar en Avda.Francesc Cambó junto al Mercat de Santa Caterina)

“Aunque tú todavía no lo sepas, te quiero. Aunque yo todavía no lo sepa, me quiero” (pegar en la Calle Argentina)

“¿Qué seguridad tienes de que tus padres sean tus padres?” (pegar en la Plaza de Santa María en la Catedral del Mar)

“Ni se te ocurra tocar este Post-it” (pegar en el Paseo de Isabel II)

“Tus ojos no se parecen en nada a los de nadie” (pegar en el Paseo de Joan de Borbó)

“Este Post-it sirve para recordarte que sigues vivo” (pegar en la Barceloneta)

“¿Por qué vistes de esa manera?” (pegar en la Barceloneta)

Me estimula esta idea de poder ser leído en la calle, desde la farola, la pared, el buzón, el retrovisor de un coche, el suelo, siempre de forma anónima. Me ilusiona que a alguien le pueda dar por pensar en ese mensaje, sin querer y como de casualidad, mientras se anuda un cordón del zapato, en la parada del bus guiado por la curiosidad de que estará leyendo la chica del pelo rizado, o que se agache y recoja el post-it movido por esa misma curiosidad, la mujer que se queda atrás para leerlo y su pareja sigue sola sin darse cuenta de la leve traición. Me encanta que la gente sea curiosa.

Si todos fuéramos igual de curiosos, si a todos nos diera por escribir mensajes y pegarlos o lanzarlos al aire de nuestras ciudades, y claro está si nos diera por leer esos mensajes de los demás, el mundo sería un poco más acogedor; más vivo y por supuesto mucho más interesante. O al menos nos ayudaría a entendernos mejor y a eliminar las fronteras de nuestras mentes.

Estoy convencido de que “El mundo de Sofía” debería ser de lectura obligada en todos los colegios…

Os imagináis que Lorca o Saramago hubieran empleado este método y ahora pudiéramos leer de su puño y letra uno de sus post-it, enganchados en la calles, poemas o citas como:

“En la bandera de la libertad bordé el amor más grande de mi vida.” -Lorca

“Los escritores viven de la infelicidad del mundo. En un mundo feliz, no sería escritor.” -Saramago

Sería la hostia, no??

martes, 20 de julio de 2010

Maten a la marmota....

6:00h
Suena el maldito despertador, el mismo sonido de ayer, el mismo techo de la misma habitación y en la misma casa, el mismo pijama, mejor dicho la misma falta de él, y como no, el mismo pensamiento al despertar, vuelvo a estar despierto....

Excesivas cosas iguales en los últimos años, excesivas pocas cosas diferentes en estos últimos años.

Pero algo ha cambiado porque ya no sigo buscando que sería lo que haría que se acabara ese ciclo, recuerdo que estaba harto de mi mes de la marmota... ¡Qué digo, estaba harto de mis años de la marmota! Estaba cansado de vivir encerrado en aquella misma puta rutina. Los pequeños cambios sutiles no eran suficientes, necesitaba una mega-revolución...

Hasta que por fin me di cuenta; El problema era que mis cadenas no eran otras que mi propia manera de ser, mis propias responsabilidades, mi propia familia, mis propios valores…. yo mismo me aferraba a aquella rutina porque la única forma de comportarme como me convenía era olvidándome de mi mismo, de mi condición de lo que me define en buena parte como la persona que soy...

Y aquí me encuentro volviendo a poner el reloj para que mañana suene el mismo sonido de siempre, bajo el mismo techo de siempre, en la misma cama de siempre de la misma habitación y claro de la misma casa y evidentemente con el mismo pijama de siempre, mejor dicho, la misma ausencia de él, y al despertar me asalte el mismo pensamiento y vuelva a darme cuenta que sigo estando despierto....

Aunque yo quisiera, me gustaría... me es imposible olvidarme de mi, de poco me serviría romper la rutina para perderme en ese, su proceso.

lunes, 19 de julio de 2010

Vidas y venidas

Hace pocos días fui a la citi en tren, y durante el trayecto me vino a la memoria cuando años atrás, hacía ese mismo recorrido a diario.

Es curioso, como con el paso de los días y claro está, de la rutina diaria acababa cruzándome con las mismas caras y a las mismas horas. Era gente que no conocía de nada (y que no conocí) y con la que, como mucho, habría compartido un gracias o un ¿se quiere sentar? aún y así cada día compartía el mismo vagón durante 20-30 min, y como habitualmente no llevaba lectura, aprovechaba para fijarme en ellos e intentar “leerlos”, imaginaba a que se podrían dedicar o a donde se dirigían. Era como si cada día actuáramos para los que, igual que yo, no tenían otra cosa mejor que hacer que, abandonados en nuestros pensamientos, observar a los que nos rodeaban, verlos conversar, discutir o perderse a su vez en su consciencia inconsciente.

A unos los recuerdas con mucha más nitidez que a otros… otros, y a pesar de cruzártelos diariamente, no dejan ninguna huella ni en tu consciente ni en el sub.

Me vienen ahora mismo a la mente algunos de esos casos, había una chica y un chico que mañana tras mañana tenían la misma discusión. Se cruzaban en el andén, se paraban y se miraban con desprecio. Y en esencia siempre se decían lo mismo: "bla bla bla bla…..”

Luego estaba el chico que siempre entraba en el mismo vagón a la tarde. Delgado, de facciones muy marcadas y mirada triste. Siempre silencioso, nunca lo vi hablando por el movil, ni leyendo, simplemente perdido en sus pensamientos.

El chaval con síndrome de down, la chica y el señor mayor que son compañeros de trabajo y todas las mañanas iban a trabajar, el que se bajaba en mi parada todas las mañanas y luego me lo volvía a cruzar cuando regresaba ...fuera la hora que fuera, curioso.

En definitiva historias individuales que se cruzaban con la mía propia cada mañana y actuaban para mí compartiendo 15, 20 o 30 min de sus vidas...

Ahora lo que realmente me intriga es saber si yo habré dejado alguna huella en sus recuerdos y lo que es más interesante aún, imaginar cuál es la historia que sus imaginaciones habrán urdido para mí. ¿Qué creerían o creerán que hacía yo por las mañanas? ¿A dónde iba? ¿A que me dedicaba?....etc.

Yo medía mi tiempo con ellas, pienso ahora al leerme. Por las mañanas pensaba "hoy no me he cruzado con tal o cual, será que ya voy tarde ??" me encantaban esos ratitos de "vidas y venidas" desconocidas y conocidas…

Al final, y a pesar de no conocerlos de nada, si te cruzabas con ellos por la calle en cualquier otro lugar y momento tenía que reprimir ese impulso de saludarlos...

jueves, 15 de julio de 2010

Una caprichosa, por favor.

Pues no, va a ser que no ha habido ni sms ni mail...ni ná de ná.

y como que ya se le ha pasado el ¿capricho...? nu se.

digo yo, que será por......

en fin, cuando llegamos a un cierta edad (avanzadilla) te empiezas a dar cuenta de que las idas y venidas tienen un cierto sentido...

acabas sacando la conclusión de que todo pasa por algo... y acabas por conformarte con casi todo...o casi nada.

que no se manifiesta...?

bueno, supongo que esto me rebotará a otra dimensión, digamos a otro espacio tiempo en el cual puede que conozca a otra “persona” que seguramente tampoco llamará (o sí) y a la que no habría conocido si esta se hubiera manifestado...

este minúsculo acontecimiento hará que seguramente vaya (o no) de vacaciones en agosto... a conocer nuevas ciudades a las que tengo ganas de ir... tengo mi reloj interno algo alteradillo, algunas cosas las veo súper-súper-lejanas....y otras que resulta que sí pasaron hace mogollón de tiempo y me parecen que pasaron antes de hoy... je je

tal vez necesite encontrar alguna lógica entre tanta ida y venida... en todos los pasos que me han llevado a estar justo en ese momento, en ese punto, con esas o esa persona... podía no haber sucedido, lo más lógico es que no hubiera ocurrido.... y sin embargo se repitió (pero no ocurrió)...

ya te digo, al final, siempre acabas por no darle la debida importancia a nada ni a nadie...

acabas "asumiéndolo" todo como... bueno y qué más da... al final tenía que pasar o no... ya veremos...

y terminó por convertirme en un mero espectador...

y no digo yo que eso sea demasiado bueno...

pero es lo que hay...

ahora solo quiero dar tiempo al tiempo y poder elegir entre todas las cosas (pocas o muchas) que la vida tenga a bien ponerme delante de las narices...

creo que en mi caso, y con mi karma, casi no me merece la pena hacer ningún tipo de esfuerzo para que ocurran (o no) cosas...

y eso es lo que hay... ahora toca esperar y ver... y ya el universo se encargará (o no)...
Todo esto me hace sonreír... y hablar "solo" con el ordeñador ... con el universo... y me digo ... pues sip, me voy a quedar con las ganas... haré como que nunca la he conocido...y recordarla por lo que pudo haber sido...

(otra vez)

en fin... a ver si ahora me lo curro un poquito más y mejor... aunque esta vez confieso que lo tenía todo absolutamente todo milimétricamente planeado pero... imprevistos del destino y de última hora, ya se sabe, el puto universo que va a su puta bola...

en fin... y para no aburrir mas, ya será para la próxima...(entrada del blog)……pues siempre pasa lo que tiene que pasar... y bla..bla…bla..bla...

ahora, momento, "tranki tío que no pasa ná…. juer" OFF!