martes, 26 de abril de 2011

Con los ojos cerrados

Preferiría que leyerais este post con los ojos cerrados. Porque creo (o al menos así me lo parece), es como mejor se ven ciertas cosas. Cuando los tienes cerrados durante unos segundos siempre hay tonalidades y matices de luz que se filtran por nuestros ojos. Justamente es esa luz la que ilumina nuestra imaginación.

Dentro tenemos un baúl enorme o una simple maleta dónde introducimos todo lo que nos pasa. Y lo que nos gustaría que nos pasara lo metemos en una mochila, para así tenerlo más a mano. Y como si fuéramos un mago, sacamos de la chistera los cuentos las novelas y los dibujos que hacemos en papel. Bueno, en mi caso lo garabateo en este blog, pero y qué más da. Hay veces que las historias nos salen mejor y otras peor.

Pero normalmente solemos contarlos.

Y como siempre digo, acosta de hacerme pesaito, para eso hay que leer y vivir.
Intentar vivir como leer, de todo, para tener el baúl tan gordo, que los caracteres, signos y letras te rebosen como las burbujas de espuma en una bañera.

Posiblemente no contamos todo lo que vivimos, pero efectivamente, si no nos tiráramos a vivir, no tendríamos nada que contar.

1 comentario:

  1. hay gente que se limita a contar i vivir vidas ajenas ! i lo bien que viven nunca veran el vacio de sus propias vidas !
    per cert , dificil llegir els ulls tancats !!!!!! jijijijijijijiji

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