lunes, 5 de julio de 2010

Sin derecho a devolución

Tenemos que admitir lo impresionante que es la vida, y lo extraordinario de nuestro cuerpo, un caparazón en forma bípeda, pero no estamos excluidos de los defectos de fabricación. Por suerte o desgracia llegamos a este mundo sin ningún tipo de garantía ni de opción a devolución.

Por suerte para mí, no tengo ningún defecto de fabricación digamos que imperdonable, creo. O por lo menos esos defectillos de fábrica no me inhabilitan para ser considerado un persona, me asquea la llamada violencia de género, me cabrea sobre manera toda la violencia en general, la pederastia me pone enfermo y así una interminable lista de cosas que este servidor es incapaz de aguantar.

Creo que mis defectillos son más de los de estar por casa, normales, menos graves. Confieso que tengo uno que verdaderamente me tiene intrigado... mi discapacidad para enfadarme. Hay algunas situaciones que cuando las explico a mis amigos o conocidos me dicen. "¿Pero es que eso no te cabrea?, si solo al contármelo me enciendo." y la verdad pues no, a pesar de que se que si debería.

Hay cosas que me las tomo con filosofía, si tengo un percance intento comprender las explicaciones. Bueno vale, sí hay alguna cosa que otra que si me cabrea, pero el 85% no, sencillamente admito que son cosas que pueden pasar dentro de lo razonable y ya está. Y la verdad no me acabo de entender, me sorprendo al verme incapaz de saltar como a lo mejor sería razonable, o no, tanto me da.
Al fin y al cabo soy normal.

Perdonarme por estos días que llevo dándole vueltas al tema y no acabo de sacar nada en claro.

Simplemente somos seres sin derecho a devolución.

1 comentario:

  1. sin instruciones, ni devoluciones, si lo usas y no te funciona, tiralo, jajajajaja

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