miércoles, 10 de noviembre de 2010

Artilugios musicales.

Leyendo el post de ayer, me ha venido a la memoria los artilugios con los que escuchaba música cuando tenía 15, 16, años…. Recuerdo la envidia que me daban mis amigos con hermanos mayores.

Una de las pocas ventajas de tener hermano/as mayores era lo cómodo que te resultaba encontrar aquellas cintas grabadas de música variada, que igual podían tener canciones de grupos cursis, como de canciones románticas de los wateques sesenteros. Así, que uno crece creándose un gusto? musical a base de retales, convirtiendo en “canciones de tu vida” las que en realidad eran las canciones de la vida de sus hermanos.

Recuerdo en particular una cinta negra que no recuerdo bien de donde la saqué, si recuerdo que cuando me confinaba en mi habitación enfadado por lo incomprensible y lo difícil que resultaba ser ese mundo en el que en ese momento me había tocado vivir, la escuchaba en un radiocasete que entonces era la lo mas, la leche amos y que ahora es megaenorme y horteraquetecagas. La primera canción era “…..”, la segunda “……” y mi preferida era la tercera.

Me cercioraba de que la puerta de la habitación estuviera bien cerrada, de que todos estaban atareados en la cocina o mirando la tele y cogía una bola hecha con las laminas de papel de plata, de las que envolvían las tabletas de chocolate que mi madre compraba cada semana. Siempre jugaba con una de aquellas bolas mientras escuchaba esa canción.

Era una pasada, sip.

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