jueves, 2 de diciembre de 2010

Fotos, recuerdos y de el diario de Anais VI

Mirando las fotos del viaje a Tunez, me ha venido un recuerdo de mi infancia y un día de Anais en su diario…..

De mi infancia,…… una de mis hermanas tuvo una caja que ponía “besos”, hoy me he acordado de ella, porque se me apetecía uno, un beso…

"Hoy por fin me he armado de valor, durante mucho, mucho rato me quede allí, plantada en la alfombrilla del pasillo, frente a la puerta de su habitación, con la nariz muy roja, la boca apretada y las botas llenas de barro.

Después de lo que para mí ha sido una eternidad he entrado, otra vez, en su habitación…, y ese olor, a desván de determinados secretos, y el armario, y sus cosas, y las fotos en el espejo de la cómoda, de todos los que no le dejaron huellas, igual que tú.

En el armario destaca una colección de cajas, lo único que está ordenado.
Bueno posiblemente también el cajón de sus calcetines, pero tampoco siempre.

Cada caja tiene un rotulo escrito con rotulador rojo:
Para saludar en el tren o bus.
Para verme en el espejo con legañas.
Cuando me hagan cosquillas.
Para ver el día cuando está recién empezado.
Cuando aguanto la carcajada.
Aiiinsss.
También con los ojos.
La más grande para los niños y sus cosas.
Bueno, enga, valens… ¡no estoy sonriendo! (bueno solo un poco).
Buff con coloretes.

Hay muchas más, pero ahora la que hace seis es la que hace que me cueste centrarme en otra cosa.

Miro asombrada cada una de las cajas. Las abro una a una ¡Pero si no hay nada, están vacías! Claro pero que tonta…las sonrisas no se guardan.

Al fin, entre las cajas de sonrisas y los frasquitos de lágrimas, encuentro lo que he venido a buscar, la carta que vi encima de la cama.

(....Ésta será la única vez.
Y será la excepción porque todos los sábados al alba te escribo cartas íntimas y secretas; pero todos los lunes, sin excepción al amanecer, me veo rompiéndolas en mil pedazos. Soy mala para las cartas, las postales y las palabras del alma. Pero soy muy buena dejándome llevar, si son tus mareas las que me mecen. Sabes, no soy lo que se dice una cobarde, al menos no todos los días. Pero me atropellaron una vez por dentro, y ahí ando recuperándome. Quiero que me cuentes tu historia, de dónde has salido, cómo llegaste a esta habitación…)

De repente, en el pasillo, escucho….. hueles a hierbabuena y no sabes mentir, invéntate cualquier historia Anais.

Era Clara."


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