martes, 16 de noviembre de 2010

Dímelo, anda...

Te dicen, te comentan hasta la saciedad que lo que únicamente vale son los hechos, que son las formas de actuar las que realmente constituyen la esencia de nuestros sentimientos, que ninguna idea o pensamiento será válido si no se lleva a cabo.

¿ por qué?

Pues porque éstas, las ideas, son imperceptibles, intangibles y que lo importante (se supone) es llevarlas a la práctica, para que no sean sólo simple humo, mera niebla que hoy está presente y mañana se esfuma sin dejar ni rastro.

Los hechos suelen modificar la realidad pero las palabras acaban explicándolos, justificándolos, ampliando o reduciendo, adornando o simplificándolos porque un beso inocente igual te puede elevar a las nubes que simplemente termina por callarte la boca.

Las palabras pueden ser, imágenes, sueños, mis sueños, tus sueños, los de un desconocido, por eso me gusta soñar. Las palabras te llevan a mundos lejanos en el espacio, en el tiempo.

Mis palabras, tus palabras, sus palabras producen risas, tristeza, alegría, y lágrimas. Nos hacen viajar, nos hacen dudar.

Pero a mí, o mejor dicho, a mi inseguridad y a mí, también necesitamos de la compañía de las palabras, no sólo es que me demuestren amor, sino que me digan que me quieren.

Dímelo, anda…..

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