Ya sé que he tenido de lo más dejado el blog. De vez en cuando, actualizo con algo que había escrito durante un desplazamiento o le dedico unas líneas a algún pensamiento o recuerdo. Porque transcurrido tanto tiempo ahora me es imposible dejarlo del todo. Lo necesito. Es obra de mis desvaríos o disparates y eso es algo que me gusta a pesar de tener todo tipo de textos: unos me encantan, otros que no, los hay que me dejan impasible, y otros que me agitan. Estoy convencido que he perdido lectores. Cuando cambias los hábitos, es lo que tiene.
De mi existencia, poco más puedo añadir. Dentro de poco voy a empezar el capítulo cinco. O sea, una vida entera para escribir a lo sumo siete u ocho capítulos. No soy de los que planifico para nada lo que escribo. Leo, investigo, analizo, ojeo sobre el tema. Indago, porque hay tramas que ignoro y para que lo que cuento sea más verosímil prefiero darle ciertos detalles auténticos, porque al fin y al cabo mi menda, vive su momento y en su lugar.
A veces me quedo sin hacer absolutamente nada, mirando la caja tonta y notándome, no diré yo que muerto, pero sí, poco activo. Creo que la hormona del hecho de escribir a contracorriente es excesivamente adictiva, porque justo en esos instantes en los que “reseteas“ la imaginación mirando la tele, sólo pensaba, que necesitaba volver a escribir un culebrón de televisión.
Como diría más de una persona que yo conozco, el que me entienda que me compre.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Way. Qué bien que tu blog siga vivito y coleando. Lo que cuenta es el estar (aunque de vez en cuando no seas tan persistente) y que (nos) escribas para los que te leemos. Al menos en mi caso, es la única manera de estar un poquito más cerca de ti.
ResponderEliminarYo, lo intenté.
ResponderEliminar