jueves, 16 de septiembre de 2010

Regreso al futuro

Algunos amigos y conocidos me dicen que no debería ser tan exigente conmigo mismo, que debería darme más libertad, para ser capaz de fracasar, asumir que no soy irreductible y reconocer el error propio como parte de mi vida.

Lo sé, lo sé, intento convencerme, y me lo repito una y otra vez, pero como siempre, al final no consigo evitarlo. Pienso que podría haber hecho las cosas mejor, que me tendría que haber dado cuenta a tiempo de lo que estaba destinado a acabar mal, y haberle puesto freno a lo que irremediablemente se expandía sin siquiera tener la posibilidad de retorno.

Y al final como no puede ser de otra manera, y cuando menos lo esperas, los acontecimientos se precipitan, se agitan, dan giros inesperados y te atrapan. Y de poco o nada sirve culparse, porque siempre pasa lo que tiene que pasar, y yo, como que he dejado de pretender avanzarme al futuro.

Si realmente lo he conseguido o no, el tiempo y el universo lo dirá. Es una carga a veces algo inaguantable el querer controlar todos los aspectos de nuestra vida incluido el más aleatorio de todos, el futuro.

Y eso precisamente es algo que mucha gente se empeña en hacer, adelantarnos al futuro, planearlo y pronosticarlo todo... Sin darse cuenta que al volver cualquier esquina de nuestra vida descubres que la calle que hay al otro lado nada tiene que ver con lo que tú pensabas, y te quedas (te dejan) con el culo al aire...

Y ya sabes, si quieres hacer reír a los dioses, solo tienes que contarle tus planes...yatedigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario