lunes, 18 de octubre de 2010

Actualizando.

Mis fans me dicen que actualice... y claro, yo por mis fans como que MATO…!!!
Lo cierto es que no he tenido mucho tiempo pa ná desde el último post, lo cual implica que si entonces tenía cosas que contar (que probablemente no le interesan a nadie, pero... si me piden que escriba, yo escribo, que aún me queda un poco de aquel niño bueno y disciplinado que fui)

Al igual que en toda persona, en mi también hay un deseo de trascender. Los niños son los que mejor lo hacen, se dibujan a sí mismos o a sus padres como ídolos o viceversa (en el sentido más preciso de la expresión), con los que ellos se identifican, bien por la cualidad o bien por la virtud que creen o querrían tener. Escriben sus nombres junto a la figura que han dibujado, como firmando un diploma que les confirma como seres reales.

Y cuando aprendemos a escribir, cuando aprendemos a narrar y a describir, vamos completando poco a poco el proceso de ser conscientes de nosotros mismos, contamos relatos en primera persona, para después incluso llegar a fragmentarlos en terceras personas, siendo capaces de narrar cada una por sí sola el mismo hecho desde un punto de vista diferente. Pero siempre con el afán de eternizarse, de subsistir.

Y es en este viaje el de escribir, en el que yo siento que hay un encanto superior, mayor al ser más íntimo. La lectura consigue expresar en primera instancia lo que la escritura extracta a través del tamiz de lo visceral. La impresión, la huella que deja una lectura en mi interior es como el flash de una cámara. Un post es una fotografía, y el blog es su álbum, que cada uno de nosotros podemos ir visionando en cada lectura.

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