martes, 4 de julio de 2017

Rien ne va plus


A menudo la vida es como pasar por delante de una administración de lotería. No siempre juegas pero algunas veces te paras y decides comprar un décimo, y ese día nos aferramos a nuestro resguardo y ponemos nuestro futuro en sus manos como un acto de fe, creyendo que ese pedazo de papel va a cambiar nuestra suerte y nuestra vida.

Y (casi) siempre lo acabamos rompiendo después de comprobar que esa vez tampoco ha tocado nada. Otra pérdida de ilusiones. Pero, por alguna extraña razón, pasado un tiempo volvemos a poner a prueba a nuestro destino. Y compramos un nuevo boleto.

Y algunas veces, cansados de no obtener resultados, cambiamos nuestra apuesta.

Cruzamos las líneas rojas, esas que nosotros creíamos innegociables.

Y nos damos cuenta que siempre tenemos razón, que nos quisieron por debajo del umbral de la pobreza. Nos vivieron por encima de nuestras posibilidades.

Pero no escarmentamos nunca.

A pesar de  todos los resguardos rotos y de la sensación de autoengaño y fracaso.

(Porque la esperanza a pesar de ser lo último que se pierde, es lo único que existe más fuerte que el miedo)

Seguimos jugando porque hay miles de premios. Hagan juego señores.

Rien ne va plus…

PD. Nunca hay que perder el norte, aunque ganes el premio gordo.

PD2. no vendo papeletas, vendo la serie completa.


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