viernes, 21 de julio de 2017

Un paso atrás


En el post anterior contaba mi momento de bienestar... pero cuál puede ser la distancia que hay entre el malestar y la felicidad. Apenas nada. Una distancia corta, un daño largo... enfermedad, perdida, cáncer, abandono, crueldad, vacío, miedo, desesperación... la lucha por la vida... son tantas las causas que pueden hacernos atravesar esa distancia.  

De la alegría al malestar... del malestar a la alegría. Por qué la alegría nos parece falsa, impostada, y el dolor tan verdadero y real? Quizás justamente por esa alegría simulada que exhibimos como un trofeo es por lo que la distancia que la separa del dolor sea tan corta.

Transitamos de una (felicidad) a la otra (malestar) con sorprendente naturalidad. El dolor acude sin avisar ni buscarlo. La felicidad sin embargo hay que trabajarla, inventarla, simularla. Parecerá agotador tanto esfuerzo, sin embargo es el malestar el que nos deja derrotados, fatigados. Por eso huimos de él. 

¿Cómo se cuenta el dolor?: enseñándolo, mirando escenas que ahora mismo, seguramente, se están produciendo. Levantando el telón detrás del que escondemos todo aquello que no queremos ver y que está ahí, asomándonos a las ventanas, saliendo por la puerta, paseando por las calles. Está ahí. Puede que incluso esté dentro de tu propia casa. Debajo de alguna alfombra donde lo hemos escondido para no verlo. 

No importa lo que corramos, el dolor siempre nos alcanzará algún día... al fin y al cabo, nos separan pocos centímetros de él. Pero también son pocos centímetros los que nos separan de la felicidad... incluso me parecen muchos esos centímetros, esos segundos... basta una milésima de segundo, un espacio microscópico, para que la (tu) vida cambie... sin haberlo buscado.

Vivamos!!!

 

2 comentarios:

  1. De la felicidad al dolor ahi un paso como del amor al odio, como del perdón al olvido.. Lo malo de la vida es no venir a ella con un manual de instrucciones por eso sabe más el el zorro por viejo que por zorro.. Vivamos pues como mejor sepamos, podamos o nos dejen ��

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. pues no sé que decirte, no odio a nadie, perdonar sí he perdonado pero no he olvidado. El odio y el rencor aparte de una perdida de tiempo y energía producen mucho daño únicamente a quien lo experimenta.
      una cosa es olvidar y otra muy diferente es la indiferencia. Creo que tu comentario está referido a relaciones personales, si has amado no deberías olvidar pero tampoco recrearte en el pasado.
      los libros de instrucciones son para las maquinas, los seres humanos tenemos a la vida como manual, tropezando, cayendo y levantándonos así es como aprendemos.
      yo por ejemplo, más que tropezar con la misma piedra parece que esté enamorado de ella...jajajaja
      vivamos!!!

      Eliminar