En el post anterior contaba mi momento de bienestar... pero cuál
puede ser la distancia que hay entre el malestar y la felicidad. Apenas nada.
Una distancia corta, un daño largo... enfermedad, perdida, cáncer, abandono,
crueldad, vacío, miedo, desesperación... la lucha por la vida... son tantas las
causas que pueden hacernos atravesar esa distancia.
De la alegría al malestar... del malestar a la alegría. Por qué
la alegría nos parece falsa, impostada, y el dolor tan verdadero y real? Quizás
justamente por esa alegría simulada que exhibimos como un trofeo es por lo que
la distancia que la separa del dolor sea tan corta.
Transitamos de una (felicidad) a la otra (malestar) con
sorprendente naturalidad. El dolor acude sin avisar ni buscarlo. La felicidad
sin embargo hay que trabajarla, inventarla, simularla. Parecerá agotador tanto
esfuerzo, sin embargo es el malestar el que nos deja derrotados, fatigados. Por
eso huimos de él.
¿Cómo se cuenta el dolor?: enseñándolo, mirando escenas que
ahora mismo, seguramente, se están produciendo. Levantando el telón detrás del
que escondemos todo aquello que no queremos ver y que está ahí, asomándonos a
las ventanas, saliendo por la puerta, paseando por las calles. Está ahí. Puede
que incluso esté dentro de tu propia casa. Debajo de alguna alfombra donde lo
hemos escondido para no verlo.
No importa lo que corramos, el dolor siempre nos alcanzará algún
día... al fin y al cabo, nos separan pocos centímetros de él. Pero también son
pocos centímetros los que nos separan de la felicidad... incluso me parecen
muchos esos centímetros, esos segundos... basta una milésima de segundo, un
espacio microscópico, para que la (tu) vida cambie... sin haberlo buscado.
Vivamos!!!
De la felicidad al dolor ahi un paso como del amor al odio, como del perdón al olvido.. Lo malo de la vida es no venir a ella con un manual de instrucciones por eso sabe más el el zorro por viejo que por zorro.. Vivamos pues como mejor sepamos, podamos o nos dejen ��
ResponderEliminarpues no sé que decirte, no odio a nadie, perdonar sí he perdonado pero no he olvidado. El odio y el rencor aparte de una perdida de tiempo y energía producen mucho daño únicamente a quien lo experimenta.
Eliminaruna cosa es olvidar y otra muy diferente es la indiferencia. Creo que tu comentario está referido a relaciones personales, si has amado no deberías olvidar pero tampoco recrearte en el pasado.
los libros de instrucciones son para las maquinas, los seres humanos tenemos a la vida como manual, tropezando, cayendo y levantándonos así es como aprendemos.
yo por ejemplo, más que tropezar con la misma piedra parece que esté enamorado de ella...jajajaja
vivamos!!!