martes, 5 de enero de 2010

La piel del otro, el cuerpo de uno.

Te exploro, me exploras.
Me arrancaste la ropa. Violenta, agresiva, estabas ese día. Te busque, te encontré, salvaje, felina. Sexualmente iracunda. Llegue a percibir la paradoja de tu arrebato. Nos fuimos preparando el uno al otro. Todavía hoy me desconcierta esa vibración negativa. ¿qué te pasaba? Pienso, pero había aprendido y no dije nada. Te notaba muy turbada.

Nos miramos. Me follaste con rabia. Note una brusca sequedad en tu habitual humedad. Te corriste, estabas encima y vi como el gesto te cambiaba. Me rechazas. Estás tan muda que no oigo tus jadeos. Ya hace rato que tu música dejo de sonar.

Se ha llenado todo de silencio. Está claro, algo no funciona. Me enseñaste a no preguntar, y callando puede llegar a hablarte. Nos vestimos. Me acerco a por un par de vasos grandes. Los lleno de agua. Los vaciamos en nuestras gargantas. Sirvo otro. Reconozco tu expresión y percibo odio, tan semejante al amor y tan opuesto ... te encantaba estar conmigo, lo sé, y hoy, sin embargo, echas de menos que yo no sea "el", el que según tu, no te supo querer, el que se te perdió en esas aguas oscuras del pasado, tu pasado.

Te acuerdas de las caricias que nos desdoblaban. De nuestras manos que parecían las mismas. Nos regábamos de semen y de tu sabia, expertos, conocedores de caminos siempre por descubrir. Cada vez que follábamos parecía la primera vez, como desconocidos, era poesía. Nuestras manos atadas al cielo, subíamos juntos. - lienzos, trazos, tablas, pinceles, aroma de pez entre tus piernas, nadar, bucear, saltar dentro como una anguila rígida, brillos, reflejos y azotes de electricidad sexual enviando señales al alma: al gélido invierno le gustaba encontrarnos desnudos, sudorosos, a punto de derretirnos, bajo el edredón, el uno frente al otro, y hasta soñábamos en la noche desierta.

No lo puedes evitar. No tienes por qué evitarlo. Me trataste como tantas veces te trataron a ti ... y si algún día llegas a leer esto quiero que sepas que no me importo, que por esta vez fueras tú la que te dejaste.

No hay comentarios:

Publicar un comentario