martes, 1 de diciembre de 2009

Bajo el agua helada.

……Cuando sus recuerdos intentaron precipitarse sobre mí, corrí hacia la ducha.

Bajo el agua helada, mi maldito cerebro volvió a entrar en funcionamiento y un sin fin de sensaciones se agolparon dentro de mí, luchando por salir. De repente, la eche de menos. Fue una emoción extraña ya que me había acostumbrado a echarle de más.

¿Nostalgia de ella?

Ni siquiera eso. Eso hubiera sido más sencillo. Cuándo se echa de menos a alguien, al menos sabes dónde centrar tus esfuerzos para recuperarle u olvidarle definitivamente. Pero no era su ausencia en mi vida lo que me atormentaba. El problema es que a quién buscaba desesperadamente era a mí. Añoraba a quién fui, cuando éramos capaces de hacernos felices. Me negaba a reconocerme en quién era en ese momento.

¿Qué hacer? ¿Salir y destrozar de nuevo las esperanzas de alguien que lo único que había hecho al principio era quererme sin preguntas ni reparos? ¿O seguir siendo ese yo que odiaba: huyendo de sus duras palabras pero sin saber cerrar la puerta?

Una Ducha interior demasiado complicada para solucionar en cinco minutos de Lucha…

Mente off….
Sentimientos off…

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